Foro dedicado al proyecto literario colectivo de Saint Christine: Zombie Attack |
| | Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. | |
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Autor | Mensaje |
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yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Sáb Dic 10, 2016 10:08 pm | |
| Poco hay que decir sobre lo que es esto. Para los que (sinceramente no se como) llegaron aqui y no saben de que va esto lo resumiré en pocas palabras: Saint Christine es un proyecto de mundo colectivo (parecido a wildcards) en el cual se ha desatado un apocalipsis zombie y en el cual cada colaborado narra la historia de un grupo de supervivientes. Espero lo disfruten tanto como nosotros lo hacemos. Manto, Iza... es hora re revivir a los zombies, y que mejor que con "El primero que apareció" Prologo:
El primero que aparecióDía 0, hora 0 de la catástrofe El tren subterráneo.
El sonido del metro sobre los rieles al acercarse a la estación era tan común y cotidiano que pasaba de ser escuchado por los frecuentes usuarios del transporte. Lo mismo sucedía con la alerta de las puertas al abrirse, las luces verdes y rojas que en ellas se encendían y apagaban, así como los pasos que llenaban la recamara subterránea de la estación. Nadie notaba nada, absortos en la rutina como autómatas encomendados a una sola tarea se desplazaban sin prestar atención a la figura ataviada en un overol de mantenimiento que surgía de la oscuridad del túnel con un lento andar bamboleante, emitiendo un gemido débil. Quizá si lo hubieran visto, si se hubieran dado cuenta de ello… pero no, lo que estaba por suceder era inevitable. Solo una pieza más que caía en el domino de la catástrofe.
De pronto, un grito se alzó sobre el estruendo de los pasos. Quienes voltearon se encontraron con una escena en la cual un empleado de mantenimiento se abrazaba a un transeúnte y le mordía por el hombro. Hubo un forcejeo y un empujón, algunas personas intervinieron, unas ayudando al herido o tras deteniendo al atacante. Más forcejeos intensos y también más mordidas… y gritos e insultos, disturbios y agresiones. El hombre errantico cayó inerte y el agredido también fue a dar al piso convaleciente, uno a uno quienes habían sido mordidos comenzaban a marearse y desvanecerse entre una intensa y repentina fiebre. El auxilio médico llegó y fueron trasladados a hospitales, pero ya era demasiado tarde la ficha ya había empujado a la otra y ya nada podía detener la siguiente caída.
Tras una vitrina rota un televisor continuaba encendido, en el cual cada tanto aparecía en pantalla la transmisión de un noticiero. -En más de una docena de hospitales, se han reportado estos extraños casos….- una cortina estática y su particular sonido se llevaban sin previo aviso la emisión en directo. - Las autoridades no saben cómo responder o explicar lo que sucede…ha pedido a la habitantes de St. Christine que no salgan de sus hogares, escuelas o lugares de trabajo… – el eco de las pisadas al correr, los jadeos y gritos de auxilio llenaba el vacío que el noticiero dejaba al interrumpirse. - …cinco oficiales han sido agredidos al tratar de controlar a un grupo de individuos presas de un ataque psicótico, los oficiales fueron trasladados al hospital New Plesburg con heridas criticas de mordidas. – Nadie le veía, no le ponían atención. De haberlo hecho la gente que corría despavorida se hubiera percatado de que aquella reportera que aparecía en el aparato televisivo era la misma a la cual acababan de pasar por un lado. - El miedo y la confusión ha provocado una oleada de disturbios en las calles, negocios diversos han resultado saqueados y algunos autos incendiados….- El grito de impresión de su camarógrafo le interrumpió en seco y ella rápido volteo hacia donde su compañero señalaba. Un grito horrorizado salió de su garganta deteniendo su razonamiento por un instante, hasta que sintió el tacto de la mano de su compañero que le indicaba que había que correr. -Hemos… presenciado como un grupo de personas… sobre otra y comenzaba a… ¡Dios, esto es horrible, no sé qué está pasando, nadie da una explicación!-Habló a la cámara más por costumbre que por profesionalismo, entre jadeos y al borde del llanto. -Tenemos una noticia de último minuto… han apostado en las entradas y salidas… al parecer trataran de recuperar el control- Decía tras leer el mensaje recibido en su móvil. Eso le daba esperanza, más la cadena de explosiones que se escuchó se la quitó. -No salgan de sus casas… la ciudad…. ha sido consumida… por la anarquía… St. Christine… es territorio de los muertos…- Hablo entre inhalaciones y con el ruido de sus pasos y el de muchos otros tras su voz. -…Madre, padre… los amo.
A los pies de la sierra boscosa de Viraldi, Saint Christine, la ciudad del resplandor humano, ardía, sangraba, moría… y se levantaba. | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Dom Dic 11, 2016 10:05 am | |
| Ahora sí. Tengo el honor de hacer el primer comentario de este episodio de nuestras vidas (?)
Así que al fin re-recomienza St. Christine, y qué mejor manera de hacer que con un nuevo prólogo, más personal y en la acción que el anterior. Claro que el viejo prólogo también era fantástico, cada uno toma distintos protagonistas, antes era la ciudad en sí y ahora sus habitantes.
Ya estoy todo encendido para seguir con esto, jaja | |
| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Lun Dic 12, 2016 4:31 pm | |
| Bien bien bien bien, gente linda me encanta que esto vuelva a funcionar, por eso con gran orgullo a continuación va la primer entrega de mi hilo, espero que no los aburra. Día 1, 7:47 PM No sabía cuantas horas habían pasado desde que ese infierno había comenzado. La joven, de unos diecisiete años, caminaba desorientada por las calles que poco tiempo atrás había sido de una de las mayores ciudades del mundo.
Sin embargo ahora era diferente…
Donde unos días antes cientos de autos estarían trasportando a la gente a sus tranquilas casas ahora las diabólicas criaturas merodeaban sin oposición, y les decía así porque en su cabeza no cabía la explicación de otra cosa, lo que allí pasaba era algo producido por el mismo diablo.
Por si fuera poco todo su cuerpo le dolía, las persecuciones eran interminables y nadie quería parecer querer ayudar a una persona que estaba afuera de las casas, el riesgo de contagio era grande, al fin y al cabo nadie sabía como había empezado esta “epidemia”.
- Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo- los murmullos provenientes de su boca apenas se escuchaban, a pesar de su necesidad de rezar su miedo por ser encontrada por esos seres era tan grande que le hacía tomar todas las precauciones posibles.
Ya no sabía a donde ir, había perdido el rastro de su familia hace mucho, esperaba que hubieran logrado evacuarse. ¿Su casa? Cuando había logrado entrar se dio cuenta que no estaba deshabitada y lo que allí estaban no eran precisamente humanos. Había también intentado ir a la escuela pero allí nadie le había abierto.
Solo un lugar le quedaba por recurrir…
- Allí no podrán entrar- pensó intentando darse confianza mientras miraba como a doscientos metros de donde ella estaba se encontraba la iglesia más grande de la ciudad- Solo tengo que llegar allá y luego todo se solucionará- a pesar de que se intentaba auto convencer sabía que las cosas no se resolverían con tanta facilidad.
Además teniendo en cuenta que entre la iglesia y ella había una gran cantidad de cuerpos muertos y que por consecuencia podían convertirse en cualquier momento en zombis.
Sin dudarlo mas se lanzó a correr, tenía que llegar como fuera a la iglesia, allí estaría protegida.
Tres disparos salieron de su Beretta 92 que gracias a la torpeza en el andar de su enemigo le permitió encontrar un hueco para su escape. Por primera vez, desde que salió del ejército, agradeció haberse puesto a trabajar como guardia de seguridad. La posibilidad de seguir portando un arma había sido el único punto a favor de tener ese trabajo y ahora, más que nunca, no dudaba de que hubiera tomado la decisión correcta. No podía creer que había sido atrapado por esos zombis y por ello había perdido su auto, como así también a Bob su compañero tartamudo, si el tipo le hubiera alertado más rápido que se acercaban esas cosas hubiera seguido con vida y él tendría todavía el auto.
Su vista paseaba por todo los alrededores, sabía que esas cosas podrían aparecer en cualquier momento, tenía que encontrar una casa donde ocultarse el tiempo suficiente para que el ejército se encargara. Aunque no era su estilo esconderse para dejar que los demás hagan todo el trabajo ya su edad no le había permitido seguir en la primera línea y debido a sus grandes problemas de comportamiento no había conseguido un ascenso como para dirigir sentado con los otros generales.
Ahora debía tragar su orgullo meterse en alguna casa que tenga comida suficiente como para sobrevivir por un tiempo y esperar allí.
Sin embargo lo que sus ojos vieron no era algo que podía esperar, frente suyo una adolescente corría como desesperada hacia la iglesia que estaba a su espalda. Lo curioso era que nadie la perseguía y aún así pareciera como si así fuera.
Tardó unos segundos en recordad que él venía de esa dirección y allí era donde acaba de perder a su amigo, en manos de esas mugrosas cosas. Por un momento pensó en dejar a la chica a su suerte, sin embargo su estúpido sentido de la responsabilidad le hacia incapaz de dejar a las personas correr hacia la muerte, aunque nunca era tan literal como en esta situación.
- Oye niña espera- le gritó antes de cargar su única pistola con las balas que le quedaban y se largara a correr tras la chica, la ventaja que ella le tenía se podía sumar a la diferencia de edad, no era tan fácil para una persona de cincuenta años como los de él perseguir a una chica de no más de dieciocho
A pesar de que su mente le pedía a gritos que saliera corriendo de allí sus piernas no respondían a las insistentes órdenes que el cerebro les daba. Sus ojos fiel reflejo de lo que pasaba en el interior de la chica reflejaban dos cosas:
Terror y miedo.
Una piedra en el camino había sido el primero de los que parecían ser muchos problemas. El tropiezo en su carrera había desembocado en un pequeño moretón, nada grave sin embargo esa caída le había permitido ver con más detenimiento su alrededor. Se insultó mentalmente por no haber visto la gran cantidad de zombis que rodeaban el lugar. No sabía si ya estaban allí de antes o había llegado mientras se acercaba a la iglesia pero lo que si sabía es que si se daban cuenta que ella no era uno de ellos estaba perdida.
Al sentir como una mano la sujetaba por la espada no pudo evitar proferir un estridente grito, en un segundo su plan de no llamar la atención se había ido al diablo sin embargo eso ya no le importaba ya que había sido capturada por uno de ellos.
- ¿Por qué gritas?- le preguntó el dueño de la mano, la chica dejó de pelear contra el supuesto agresor y se dio cuenta que no era un zombi sino que un humano como ella- ¡¡No hay tiempo así que mejor corramos!!- sin decir nada más la tomó del brazo y lanzó su carrera en dirección a las puertas de la iglesia.
Allí caminando sin almas los entes de Satanás caminaban en su dirección, su paso era un poco lento y hasta atolondrado sin embargo él no dudaba que si tenía que enfrentarse a uno de ellos pocas serian sus oportunidades de sobrevivir.
- ¡¡No tire de mi o me voy a caer!!- le gritó la chica, obligando al hombre a cumplir con el pedido, sin embargo no se detuvo.
Los no-muertos se dirigían contra su posición, los que estaban más cercanos a la puerta en cualquier momento llegarían y la taparían cerrando su única oportunidad de escape.
Al llegar a la reja que cerraba el patio externo de la iglesia el hombre dejó pasar a la joven antes de cerrarlo, utilizando una madera que estaba allí agregó una protección sabiendo que esas criaturas no eran muy inteligentes, tardarían demasiado en lograr abrir la puerta.
Sin embargo todavía había zombis en el patio, no estarían a salvo hasta que alcanzaran la puerta.
- ¡AHHHH!- el grito del la joven alertó al hombre quien rápidamente le disparó dos balazos al zombi que se le había cruzado en el camino, subieron una pequeña escalinata que estaba debajo a un pequeño cantero, el hombre se detuvo allí con la intención de retrasar a los zombis.
- Abre la puerta, pero ya- le ordenó, la chica asintió y con rápidos pasos llegó a la puerta, su mano impactó con el picaporte sin embargo….
La puerta quedo estática, no se inmutó al intentó de apertura de la joven. Otro intento y la puerta no cedía, estaba cerrada de adentro.
- ¡¡Abran!!- la joven empezó a golpear la puerta con su mano intentando llamar la atención de un posible humano que adentro estuviera- ¡¡Por favor déjenos entrar!!¡¡Vamos a morir!!
Los gritos de la chica fueron silenciados por otros tres disparos, el hombre se acercó a la joven conciente que estaba perdiendo terreno. Los dos estaba apoyados tras una puerta cerrada rodeados por una gran cantidad de zombis, no había forma de que salieran de allí.
- ¡¡Por favor!!- gritó la chica entre llantos, ya los zombis estaban a escasos centímetros de ellos cuando sintieron su cuerpo caer para dentro y escucharon como tres potentes disparos alejaban a las criaturas. La puerta volvió a cerrarse con ellos adentro sin embargo los problemas no habían terminado.
- Hacen un movimiento y los mato- frente a ellos un joven de aspecto desaliñado los apuntaba con rifle, preparado para disparar en cualquier momento. Espero ansioso sus partes y comentarios!! | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Lun Dic 12, 2016 9:37 pm | |
| Que buenos recuerdos me ha traído a la mente el capitulo y sigue sintiéndose tan fresco como la primera vez que o leí. Me alegra tanto volver a leerlo y debo agregar que me hiciste recordar también last of us. A esperar lo que sigue!!! PS: Me meti un poco con tu post para quitar el spoiler que quema la vista. Espero no te moleste. | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Mar Dic 13, 2016 9:45 am | |
| Me acordaba las líneas generales de esta parte, pero no los sabrosos detalles como Bob el compañero tartamudo que tardó mucho en avisar y se lo morfaron xD Encima ahora me trae más recuerdos de todo lo que se vendrá y me emociona más!
En cuanto a la narración, hay un par de lugares donde me chocaron un poco las palabras escogidas; por ejemplo: "quería parecer querer ayudar" creo que se solucionaría con un "pareciera querer ayudar".
Ya tengo ganas de seguir leyendo! En estos días, si Yuske no se me adelanta, hago doble post y coloco mi entrega, jaja | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| | | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Jue Dic 15, 2016 10:46 am | |
| Como fue prometido(?) aquí paso a colocar entrega, y de paso estrenar el nuevo fondo del cuadro de spoiler! Sí! Así que sin más... ¡espero que lo vuelvas a disfrutar! - St. Christine: Zombie Attack - Ronda 1:
Día Cero >> No entiendo cómo llegamos a esto…
Eran nuestras vacaciones en familia, estábamos de paso por la ciudad de St. Christine cuando mi hermana recibió un mensaje de Jasón. Mis padres decidieron continuar con el viaje mientras nosotros dos íbamos a visitarlo, pues su familia era propietaria de un departamento para vacacionar en la zona, y él se encontraba allí solo. Ambas familias, la de Jasón y la mía, eran realmente muy unidas. Por eso, desde pequeños habíamos estado los tres siempre juntos. Con el paso del tiempo la relación entre mi hermana y mi amigo… tomó un buen curso, por lo que todos celebramos su unión cuatro años atrás. Así pues fuimos invitados por él a quedarnos un tiempo en su casa. Debo decir que a pesar de ser cuatro años mayor que yo siempre nos hemos llevado muy bien.
Al segundo día, para comenzar con el pie derecho, Jasón decidió llevarnos a desayunar a un bar llamado “La cuadra”, del cual se había hecho amigo del dueño, el mismo hombre que lo atendía. Se encontraba en una esquina entre unas grandes columnas y daba un aire moderno a un edificio más bien antiguo. Por unas dos horas conversamos y reímos en la mesa que nos habían apartado hacia la pared del fondo. Charlamos sobre esas cosas cotidianas que siempre salen cuando se está en confianza, Jasón incluso se rió de mí cuando le conté sobre aquella muchacha a la cual no me atreví a declararme, y mi hermana aprovechó la ocasión para repetirme una vez más su frase preferida “Mark, eres un tonto”… Sinceramente la pasamos muy bien, hasta que el primero de ellos apareció…
Un hombre se estrelló contra la puerta de vidrio del local, estallando su fino cristal en cientos de trozos. Hubo algunos heridos que, de saber lo que les ocurriría luego, jamás se hubieran quejado por aquellos cortes. El sujeto sangraba por la boca y presentaba serias heridas en uno de los brazos y en el pecho, su camisa estaba prácticamente roja. Fue entonces que el dueño de La Cuadra intentó auxiliarlo, pero lo único que escuchamos fue un fuerte alarido. El extraño ensangrentado saltó sobre él y clavó los dientes en su cuello, bañando el piso en sangre. Lisa gritó espantada, y yo la seguí emitiendo un gemido de asco y terror. La gente próxima al que creímos caníbal demente corrió despavorida, pero fuera del bar sólo se oyeron más gritos. Pronto vimos a través de los vidrios quebrados cómo lentamente se acercaban unas cuantas personas también sangrantes, rengueando, como si debieran estar sufriendo un dolor inimaginable pero aún así caminando sin detenerse. Entonces, entre esas figuras, nos percatamos de algo que nos paralizó del horror. Un grupo de ellos estaba devorando los cuerpos de la gente que habían intentado escapar antes. Se arremolinaban unos sobre otros, luchando por engullir algún trozo de aquellas personas que gritaban en desesperación y se ahogaban en el más puro y atroz de los sufrimientos.
Jasón nos tomó a ambos por las muñecas y nos miró con los ojos desorbitados, no sabía lo que estaba pasando, y nadie podía respondernos, pero una cosa quedó bien clara…
Si nos quedábamos quietos, moriríamos. <<
Día 0 – 18:32 p.m.
—Este lugar parece seguro… —Exclamó Jasón, exhausto; y con la ayuda de Mark tapearon la puerta atrincherándose en el cuarto de lavandería de un edificio al que habían podido colarse.
Lisa permanecía de pie, quieta y fría como un cadáver. Se repetía una y otra vez “¿Qué es esto? ¿Qué ha pasado?” con la mirada perdida en la nada. Durante todo el día se mantuvieron corriendo y escondiéndose, pero ya sus cuerpos no podían resistir más.
Debían descansar.
Jasón se acercó a su novia y le posó la mano sobre la cabeza, siendo él un poco más alto que la muchacha de cabellos rubios y lacios hasta la cadera, acercó la cabeza de la chica contra su pecho y la abrazó en un gesto de contención.
Por su parte, Mark escudriñó la habitación con sus ojos café y, pese a la oscuridad provocada por la falta de electricidad, logró percatarse de un movimiento en el fondo del cuarto, tras un viejo y grande lavarropas —¡Hay alguien ahí! —Alertó a sus acompañantes, quienes brincaron junto a él alejándose lo más posible del sitio que emitía unos leves sonidos. Por un minuto se mantuvieron quietos y callados, sintiendo las corazonadas retumbar en sus pechos, amenazando sus corazones con escapárseles de un salto. Pero al cabo de un rato una voz se escuchó bastante clara.
—¿Son… normales? —Una señora se dejó ver entre las sombras, brotando desde el lugar que tanto temor causaba, seguida por su esposo que portaba un viejo revolver y apuntaba desconfiado a los muchachos. La señora encendió una linterna de gran tamaño, que bien podía ser confundida con un reflector, permitiendo de este modo que todos se vieran las caras. Primero observó a los tres allí presentes: el mayor, de veinticuatro años y corto cabello negro, se introdujo primero. Luego presentó a los dos hermanos que se hallaban a su lado. Entonces aquella mujer ya mayor pasó a iluminarse y se introdujo con el nombre de Agatha, su cuerpo era algo robusto y portaba el cabello recogido y canoso, al igual que su esposo llamado Gustav, quien tenía un aspecto un poco más demacrado.
—¡Cielo santo! —Exclamó el hombre— ¡Le he disparado a una de esas cosas y ni siquiera frenó su marcha! —Dijo llevando su arma de vuelta al pantalón.
—¿Qué quiere decir?! —Se apresuró Mark, asustado.
—Exactamente lo que oyes, chico. Esas cosas no caen sin importar qué. Es como si ya estuvieran muertos.
—Esto parece sacado de una de esas películas de terror —rió Jasón nervioso, sin que nadie pudiera decirle lo contrario.
—Por el momento aquí estaremos a salvo —acotó Mark, mirando a su hermana— vamos Lis, ten, come algo —terminó, tendiéndole un paquete de aperitivos que había recogido por el camino.
La chica, ya más serena, lo tomó con delicadeza y abrió el envoltorio, convidando a todos de su contenido.
—Entonces, ¿Qué creen que esté pasando? —Preguntó Gustav mientras se introducía un bocadillo a la boca.
Jasón tragó y respondió tanto cómo sabía —Parece una especie de enfermedad, he visto a una persona ser devorada por ellos y levantarse al poco tiempo después…
El silencio reinó, entonces el viejo propuso montar una guardia rotativa mientras los demás descansaran.
Era el turno de Mark cuando un golpe se oyó tras la puerta, como si algo hubiera caído en el vestíbulo contiguo. El cuarto de lavado, al ser utilidad para todo aquel que se hospedara en el edificio, se encontraba conectado al lobby central donde las escaleras a todos los pisos convergían.
Jasón y Lisa se despertaron al ser llamados por el menor de todos, nuevamente, detrás de la puerta, se oyeron unos pasos arrastrados y débiles, seguidos por un sollozo singular…
—Es… ¡es un niño! —Se sorprendió la joven, apartando los cabellos que le caían sobre el rostro.
Agatha y Gustav se levantaron también, para pasar a escuchar los mismos sonidos a los que los tres jóvenes atendían.
—¿Un niño? —Reiteró la señora— ¡Pobre criatura! ¡Debemos dejarle entrar con nosotros!
Su esposo la apartó de inmediato —Eso es imposible, ¿qué haríamos si aparecen más de esos muertos y nos atacan? ¡No podemos arriesgarnos! —Acabó argumentando en un tono muy serio.
Lisa se quejó de lo desalmado de sus palabras y apoyó a la señora en su esfuerzo por permitir a la pequeña criatura entrar al resguardo. Jasón tomó palabra en el asunto negándose también, por muy duro que sonase, no podían permitir que los encontraran, incluso si eso requería cargar con la culpa y el dolor de haber sacrificado otras vidas. La habitación se llenó de tensión, la cual recayó en la quinta persona presente, Mark.
—No lo sé… —Dudaba, mientras era acribillado por las palabras y opiniones de los demás, que concordaron que harían lo que dijera la mayoría del grupo.
Se oyó un golpe seco que resonó en el recinto de al lado —Mami… ¿Dónde estás, mamá? —Lloró el pequeño al otro lado de la puerta. El corazón de Mark dio un vuelco, la sola idea de dejar morir a aquella criatura indefensa era peor tortura que todo el caos sucediendo en la ciudad —Vamos a buscarlo —sentenció por fin.
Gustav blasfemó por lo bajo, mientras Jasón abría la puerta lentamente. Por la abertura lograron vislumbrar el cuerpo pequeño de un niño tendido en el suelo, cercano a las escaleras, seguramente hubo caído por ellas.
El pelinegro pidió prestado el revolver al mayor, quien lo entregó con algo de recelo, sintiéndose vulnerable y débil de repente. Así, los dos muchachos dejaron la protección y resguardo del “bunker” que habían formado la noche anterior, para rescatar al niño que lloraba en mitad del vestíbulo.
Se acercaron lentamente, cuidando todos y cada uno de sus pasos, intentando no hacer ni el más mínimo de los sonidos. Pronto llegaron al lado de su objetivo, el cuerpo del pequeño presentaba serios moretones: en verdad había caído por las escaleras. El niño los miró lloroso.
—Tranquilo, pequeño, te salvaremos —lo calmó Jasón— ahora estás seguro con nosotros…
El chico, que no tendría más de siete u ocho años, se aferró al pelinegro —Rex… Rex está malo… —Siguió llorando.
—¿Rex? —Quiso preguntar Mark, pero un fuerte sonido tronó por todo el edificio. Los grotescos ladridos de un perro retumbaron en las paredes, crispando a los jóvenes que se hallaban quietos en el medio del amplio lobby rectangular.
—Mi perro —gimoteó el niño— Mamá lo llevó a pasear a la mañana, pero volvió él solo… Y se puso malo… Lo encerré en la cocina… —hipó el pequeño.
Los ladridos resonaron más cercanos esta vez.
Jasón observó el rostro pálido de su amigo, que miraba hacia arriba de las escaleras, entonces se dio vuelta para correr con el mismo terror.
Un perro negro los observaba desde el final de las primeras escaleras, una gran cantidad de saliva caía desde su boca, dando contra el suelo y bajando el primer escalón. Su pelaje parecía dañado y sus ojos lucían inyectados en sangre.
El niño lo miró asustado —¿¡Rex!?
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| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Lun Dic 19, 2016 7:37 pm | |
| Me había perdido que hubieras puesto tu parte Manto!!, tengo que admitir que recordaba menos de lo que pensaba. Es más creí que lo del niño venía más adelante. También me resultó extraño ver a Mark así de duditativo, no recordaba que hubiera cambiado tanto con el pasar de los días en Saint Crhistine, me gusta!!
Gran inicio Manto, ahora a esperar el turno de Yuske!! | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Vie Ene 13, 2017 9:23 pm | |
| Bueno, al fin se a llegado el día 0 para mi. se que les hice esperar mucho pero os o dije, llevenlo con calma y disfrútenlo de a poco. Aqui esta mi parte de esta historia. - DIA 0:
El sonido de las aspas del helicóptero cortando el aire enmudecía cualquier otro que pudiese existir. Dentro de él se encontraba un equipo de especial, un comando de elite entrenado para infiltrarse y sobrevivir a cualquier situación por extrema que sea. Pero nunca creyeron que se enfrentarían algo como esto.
Pronto arribarían al punto donde darían inicio a su misión, por lo que se mantenían sumidos en un silencioso ritual de revisión de equipo, conformado por rifles m-16 con lanzagranadas incorporado, además de un fusil barrett m82, cada quien contaba con un par de granadas, así como una pistola personal colt 1911, además de un cuchillo de combate.
La universidad se encontraba en un terreno bastante extenso, por lo que solía considerarse como una ciudad dentro de St. Christine. La misión encomendada al equipo era simple, pero no por eso resultaría ser sencilla. Tenían que llegar a la facultad de ingeniería y buscar los planos originales de la planta hidroeléctrica ubicada a un costado de la presa y que hasta hace unas horas solía proveer de electricidad a la ciudad entera, para así poder localizar el daño y repararlo restaurando la corriente eléctrica a la ciudad.
Desde las alturas, los integrantes del comando podían ver como la explanada de la universidad estaba repleta de aquellos seres. El helicóptero sobrevoló el espacio aéreo universitario atrayendo la atención de aquellas criaturas gracias al ruido de los rotores de la aeronave. Al ver imposibilitado un aterrizaje en el lugar por la cantidad seres que se habían acumulado, el helicóptero se acercó a la azotea del edificio más cercano: la torre de rectoría que no era más que un edificio de ocho pisos de altura y sus paredes se encontraban hechas por paneles de vidrio tintado. La aeronave se estabilizo sobre este y los cinco integrantes del comando descendieron. Tras confirmar las últimas indicaciones con el piloto el helicóptero se marchó del lugar dejando al comando solo en aquel lugar infestado de monstruos.
El escuadrón se reunió formando un círculo, de la misma manera que solían hacerlo antes de dar por iniciada su misión para repasar los objetivos.
-Tenemos que diseñar otra ruta- Dijo Francesc, un hombre alto de pelo castaño y ojos de igual color que pese a su juventud ya había logrado ser reconocido como líder de escuadrón. Vestía, al igual que sus compañeros, un uniforme en color gris, compuesto de pantalón, chaqueta, un chaleco antibalas y un casco, además de unas botas negras.
Coloco un mapa en el suelo justo en medio de todos y lo reviso con cuidado, alzo la vista sobre sus compañeros corroborando la información del mapa con lo que veía desde donde se encontraba.
-La facultad de ingeniería se encuentra hacia el noroeste, dado que nuestra ruta más rápida para llegar ahí está completamente infestada tendremos que dar un rodeo- Dijo Francesc.
-¿Por qué no simplemente nos abrimos paso con nuestras armas? Con la potencia de fuego que tenemos no nos resultaría difícil- Habló otro hombre de cabello negro y ojos azules cuya edad parecía ser la misma que la de su líder de escuadrón. Respondía al nombre de Thiago.
-Porqué eso terminaría con nuestro parque de municiones, recuerda que no solo tenemos que llegar ahí, tenemos que asegurar unas cuantas cosas y es probable que nos encontremos a mas de ellos en el lugar.-Le respondió una chica de piel canela y la única del grupo. Su cabellera negra se extendía hasta la base del cuello, sus ojos verdes adornaban una mirada ruda, y al igual que Thiago, parecía tener una edad similar a la de Francesc. Su nombre era Isis.
-Entonces, ¿Qué es lo que sugiere, capitán?- Intervino un tercer hombre regresando la atención al tema de importancia. Respondía al nombre de Osiris y guardaba un cierto parecido físico con Isis, quien era su melliza. Sus ojos, al igual que los de su hermana eran de un color verde, sin embargo su mirada era más suave y su cabello era un más corto que el de ella, con la peculiaridad de estar siempre parecía estar alborotado.
-Iremos a través de las facultades- Sentencio Francesc- Pasaremos por la facultad de leyes que se encuentra detrás nuestro- dijo señalando la el conjunto de edificios más cercano -Saldremos por este estacionamiento y entraremos a la facultad de arquitectura- apunto el lugar donde se encontraba- Después pasaremos por la facultad de filosofía, una de sus entradas secundarias nos conducirá justo a la entrada trasera de la facultad de ingeniería.-Concluyo.
-¿Realmente esa es nuestra mejor opción, capitán? ¿No sería más probable que nos encontremos con más de ellos dentro de las facultades?- Inquirió el último de los miembros del escuadrón, un hombre de piel oscura y de mayor edad que el resto, llevaba la cabeza rapada, sus ojos marrones reflejaban la mayor experiencia que tenía este.
-Te seré sincero Rubén- Le habló Francesc-No lo sé, pero sí sé que nos será imposible atravesar esa explanada sin agotar nuestras municiones como lo señalo Isis y mucho menos sin recibir una herida. Sus vidas son mí responsabilidad, si alguno de ustedes muere o es herido gravemente yo abre fallado como capitán, es por eso que pienso jugármela yendo a través de las facultades, pues espero que todos esos pobres desgraciados que se encuentran en la explanada hayan salido de ellas, porque eso significaría que no están tan infestadas convirtiéndolas en la ruta más segura a tomar.
-¿Estas apostando por ello?-Pregunto Rubén.
-Sí, lo hago.
-En ese caso todo está bien, desde que te conozco no has perdido una apuesta ¡Y más te vale no hacerlo ahora!- Sentenció Rubén.
Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Francesc gracias a aquel comentario, sin embargo esta tubo una existencia efímera, pues se desvaneció en cuanto el volvió a hablar.
-En marcha.
Los cinco se dirigieron hacia la puerta que salía a la azotea y entraron por ella comenzando su descenso en una formación lineal con Osiris en punta, siendo seguido por Isis, quien era precedida por Rubén dejando a Francesc tras él y a Thiago en la retaguardia.
El equipo descendió en sigilo preocupando tener extremo cuidado en las escaleras hasta la última planta del edificio donde se toparon con el primero de ellos. De forma instintiva Osiris le apunto con su rifle y disparo en cuanto aquella cosa volteo hacia donde estaban. Aquel ser cayó al suelo al ser derivado por el impacto de la bala, mas no permaneció inmóvil, Francesc le apunto con su rifle pero antes de que pudiera disparar alguien más ya lo había hecho, esta vez la bala disparada se incrusto en la cabeza de la criatura dejándola completamente inmóvil. Osiris volteo hacia su espalda, quien había disparado había sido Isis que con un gesto le hizo saber que “le cubría la espalda”.
Volvieron a ponerse en movimiento y bajaron un piso más en el que se encontraron cerca de una docena de ellos. Sin embargo solo uno, el más cercano se dio cuenta de su presencia y avanzo hacia ellos. La criatura cayó al suelo de un disparo, justo como el otro, pero no fue hasta que recibió un tiro en la cabeza que dejo de moverse. Pronto el escuadrón se vio obligado a abrir fuego contra todos. El ruido de los disparos había advertido a las demás criaturas de su presencia y se habían movido hacia ellos. La unidad corrió al siguiente piso en cuanto derribaron al último de ellos, mas no estaban seguros de a cuantos habían neutralizado. Corrieron por las escaleras sin romper la formación encontrándose con cinco más de ellos a la entrada de estas, quienes al parecer trataban de subir. El comando abrió fuego de nuevo abriéndose paso y corrieron hacia el siguiente piso donde sucedió algo parecido. No fue hasta que lograron bajar al cuarto piso cuando dejaron de correr. En ese lugar solo había un par de ellos a los cuales Isis les disparo sin piedad alguna a la cabeza. Se apresuraron a entrar en una de las oficinas del piso dispuestos a recargar sus armas y analizar lo sucedido.
-¿Qué rayos son esas cosas?- dijo Rubén alarmado por lo que había visto.
-No tengo idea, pero son bastante resistentes-Comento Osiris- aunque le disparamos con nuestros rifles seguían moviéndose.
-A menos que les disparemos en la cabeza- Dijo Francesc algo pensativo.
-¿Acaso tu sabias eso? – Le inquirió Osiris a su hermana.
-No, que va. Solo es una coincidencia, es muy de su costumbre disparar siempre a la cabeza-Respondió Thiago.
-¿Celoso de que alguien más tenga tan buena puntería como tu?- soltó Isis.
-Basta- Intervino Francesc antes de que comenzara una discusión-Necesitamos analizar bien esto, ¿Cómo es posible que puedan resistir el disparo del rifle a excepción de que sea dado en la cabeza?
-No lo sabemos, Cesc, estamos igual de perplejos que tu- Respondió Thiago.
-Por lo menos sabemos como podemos neutralizarlos-apunto Isis.
-También tenemos que tomar en cuenta el ruido. En el séptimo piso no se percataron de nosotros hasta que disparamos, es decir, hicimos ruido, parece que eso es lo que los atrae, incluso los que estaban en el piso de abajo trataron de subir. –Señalo Rubén.
-Lo mismo he estado pensando-Dijo Cesc y se quedó con un aire meditabundo para luego hablar- En resumen, lo que sabemos es que a esas criaturas les atrae el ruido, pueden resistir el impacto del m16, y su punto débil es la cabeza, por lo que debemos evitar disparar de ahora en adelante y solo lo haremos en caso de extrema necesidad y siempre a la cabeza. ¿Entendido?
Los cuatro miembros restantes del escuadrón asintieron y comenzaron a recargar sus armas.
Despacio y con mucho cuidado salieron de la oficina dirigiéndose sigilosamente al piso inferior siguiente. Solo un par de esas criaturas se encontraban en tal piso, sin embargo, tal y como lo había ordenado Cesc no dispararon, el comando paso lentamente el piso y bajaron al siguiente de forma tranquila hasta llegar a la planta baja.
Osiris se detuvo en seco e indico a los demás detenerse también. Apoyándose en la pared, dio un vistazo al lobby del edificio, encontrándose con casi dos docenas de criaturas. Volvió la vista a su equipo quienes lo observaban expectantes.
-Son demasiados y el lugar esta hecho un desastre, será imposible atravesar el lugar sin pasar de ser presididos- hablo en voz baja.
- pues si no queda mas remedio- dijo Isis sujetando fuertemente su rifle dispuesta a salir y rellenarles de plomo.
-Para tus caballos hermanita- le detuvo Osiris-Eso no es una buena idea estamos en el piso inferior si una bala da en los vidrios creara una abertura permitiéndoles entrar a todos los que están afuera que sin duda se verán atraídos por los disparos.
-¿Entonces que sugieres, genio?- Dijo Isis.
-Usare esto- dijo el hermano mostrándoles una granada- la arrogare lo mas lejos que pueda, ellos la seguirán por el ruido que producirá abriéndonos un sendero por el cual correr.
-Me parece buena idea, hazlo- opino el capitán.
Osiris se paro frente a la entrada del lobby y busco el mejor lugar para lanzar la granada una vez encontrado lanzo el explosivo tan fuerte como pudo, de tal forma que golpeo el piso varias veces creando un sutil pero claro ruido el cual los zombies siguieron. La granada llego hasta una esquina del edificio cerca de los paneles de vidrio al momento de explotar produciendo un fuerte estruendo. Tal y como se había pensado se abrió un sendero al lado opuesto de la explosión por el cual pudieron huir. Moviéndose rápido, el equipo salió corriendo por el espacio que se había abierto, sin embargo Francesc se vio obligado a realizar unos cuantos disparos para romper el cristal de las puertas electicas y poder salir.
Una vez fuera, los cinco miembros del escuadrón corrieron hacia la facultad de leyes ignorando a los zombis que se encontraban a su paso. Entraron a la facultad por una de sus accesos secundarios deteniéndose en la esquina donde doblaba el pasillo, para asegurarse de que se encontrara despejado. Una vez hecho dieron la vuelta en el avanzando hasta donde doblaba deteniéndose nuevamente. Al revisar el pasillo se encontraron que pese a que estaba despejado se hallaba adornado por charcos de sangre, ropa raída, útiles escolares y partes humanas. El panorama era repulsivo, pero no por eso podían detenerse. Tomaron el pasillo y avanzaron, de la nada, un grito de terror apareció y escucharon pasos irregulares que avanzaban hacia ellos. El escuadrón apuntó con sus armas hacia la esquina del pasillo, de ahí apareció una joven de no más de veintiún años que corría tan rápido como su pie lastimado le permitía. La joven, al ver a los militares se apresuro a colocarse detrás de ellos, lográndolo justo a tiempo pues tres de esas criaturas estaban por alcanzarle. Fueron Francesc, Rubén e Isis quienes dispararon acertando en sus objetivos que cayeron inmóviles al suelo.
El escuadrón volteo a ver como se encontraba la chica, la cual respiraba agitadamente tratando de recuperar el aliento.
-Gracias po…-Trato de hablar la joven pero sus palabras se convirtieron en un grito de dolor pues una criatura había salido del aula tras de ella mordiéndola en el hombro.
La sangre no espero a emanar y broto con una gran fluidez fuera del cuerpo de la chica, Thiago disparo a la criatura colocándole la bala justo en medio de los ojos. Tanto la chica, como la criatura cayeron al piso hacia lados contrarios. Rubén y el resto del escuadrón se acercaron a ella esperando poder auxiliarla. El hombre rapado se arrodillo junto a ella tratando de frenar la hemorragia
-no hables, te ayudaremos-dijo Rubén al ver el balbuceo de la chica.
-no…pueden ayudarme- dijo forzadamente- he visto…lo que sucede…cuando uno…te muerde… te vuelves…una de esas…cosas…no quiero eso…
El escuadrón estaba perplejo por lo que había dicho, sin embargo Rubén aun trataba de frenar la hemorragia para limpiar la herida, sin darse cuenta que la chica tomaba su colt de su cintura. Fue un movimiento brusco con el que sustrajo el arma. Rubén, sorprendido tardo en reaccionar por lo que no pude evitar que la joven chica se quitara la vida de un disparo en la cabeza.
Rubén dejo de presionar y desvió la mirada. Permanecieron en silencio por unos segundos, habían sido entrenados para enfrentarse a muchos escenarios pero ninguno de ellos era comparable con esto.
-Va-vámonos- Dijo Cesc-Tenemos trabajo que hacer.
En silencio, el resto de los miembros del escuadrón acataron la orden. Rubén, con una profunda sensación de culpa tomo el arma que le había sido arrebatada y la coloco en su lugar, regañándose a sui mismo por su descuido.
Retomaron su formación y reanudaron su marcha. Salieron de la facultad de leyes sin ningún otro altercado. Mas al llegar al estacionamiento se encontraron con cinco de esos seres a los cuales ignoraron, apresurándose a entrar a la facultad de arquitectura, en la cual no encontraron mayor problema que su infraestructura que parecía ser un laberinto. Al cabo e unos minutos dejaron atrás la escuela de arquitectos y se internaron en la facultad de filosofía donde encontraron cerca de una docena más de zombis, no obstante la tarea de evadirlos no fue nada difícil por lo que sin mayor problema lograron llegar hasta la entrada trasera de la facultad de ingeniería.
Avanzaron con precaución por ella, no podían evitar sentir nauseas ante lo que veían, pues había charcos de sangre esparcidos a lo largo del corredor que había detrás de unos edificios así como trozos mutilados de cuerpos humanos. Llegaron a unas escaleras de emergencia de uno de los edificios, subieron por ellas hasta llegar a la azotea. La vista desde lo alto de ese edificio no era la mejor, pero serviría para ubicarse.
-Debemos localizar el edificio 5, ahí deberían de estar los planos de la planta hidroeléctrica que fueron prestados a la facultad- Dijo Cesc.
-Aun sigo preguntadme porque rayos los encargados de la planta prestarían algo tan importante- comento Thiago mientras buscaba con la vista.
-La mayoría de los empleados de la planta son ingenieros y esta es una escuela de ingeniería, tal vez los responsables de la planta encuentren provechoso que sus posibles nuevos empleados tengan conocimientos sobre esta desde antes de entrar a trabajar- Le respondió Osiris
-Ese de ahí es el edificio número 3- dijo Rubén llamando la atención de todos y señalando a un edificio de tres pisos a unos 10 metros de distancia del que se encontraban- y este de aquí al lado es el número 4. Según yo deberíamos estar parados sobre el edificio 5, pero la forma de este edificio no coincide con el mapa.- Sentencio Rubén.
-Tampoco su localización- apunto Isis- ese edificio de enfrente no tengo idea de cuál sea, pero parece que debajo se encuentra una cafetería.
-He encontrado el edificio 6- Dijo Cesc señalando un edificio a nos 20 metros de distancia – un poco más allá hay otro edificio pero no logro distinguir su número, Thiago trata de revisarlo con la mira de tu fusil.
El susodicho asintió con un movimiento de cabeza y tomo su arma que colgaba a su espalda. Dirigió la mira hacia donde Cesc le había señalado y miro a través de ella, pudiendo apreciar un señalamiento verde empotrado en una de las paredes del edificio con un desgastado 5 en él.
-Es el 5 – confirmo el sniper.
-Bien ya sabemos donde esta, entre la cafetería y el edificio, pero ahora debemos preocuparnos por ellos – dijo Rubén señalando a los casi 50 zombies que se encontraban el patio interior de la facultad.
Cesc examino la distribución de los edificios buscando una ruta segura. La mayoría de ellos parecían estar entre los edificios 3 y el edificio que contenía la cafetería, pero también había una buena cantidad cerca del edificio 6.
-Podría tratar de llegar al edificio 3 y limpiar la zona con el sniper desde ahí- sugirió Thiago.
-si, podrías. Pero no sabemos si hay mas de esas cosas en ese edificio-dijo Cesc recordando como salió aquel zombie del aula tras la chica hace más momentos.
-¿Y si limpia el camino desde aquí?-Pregunto Isis.
-Podría funcionar, pero el ruido de los disparos los atraería hacia acá, lo que seria contra producente ya que nosotros estaríamos corriendo hacia donde están ellos. –Dijo Osiris.
-¿entonces tienes una idea genio?-Reclamo Isis.
-aun no- confeso su hermano.
Cesc mantenía su mirada fuera de la discusión que estaba por comenzar, se mantenía concentrado al otro lado del edificio, donde entre el edificio en el cual se encontraban y el edificio 6 se haya un mas pequeño de una sola planta y completamente cerrado, examino con detenimiento aquel edificio así como el edificio 6 creando así una ruta segura la cual usar.
-tendrás que guardar tu fusil para otra ocasión Thiago- Dijo el líder de escuadrón llamando la atención de todos- pasaremos por detrás de ese edificio y de ahí nos dirigiremos al 6, tomaremos el sendero que hay entre ese y el cinco y nos deslizaremos sutilmente a su interior. – Se explicó- venga en marcha.
Retomaron su formación y bajaron por las escaleras de emergencia dirigiéndose hacia donde había dicho Cesc, rodearon el edificio encontrándose solo con uno de ellos pasaron de él por completo mientras corrían hacia la parte posterior del edificio 6 donde se encontraron con un par más a los cuales ignoraron. Tomaron el pasillo de la derecha y avanzaron por sus casi 15 metros de largo saliendo al sendero que había entre los edificios 5 y 6, avanzaron despacio cerca de ellos se encontraba una gran cantidad de zombis. Una de esas criaturas se pero frente a ellos bloqueando su camino, no parecía verles, pero por alguna razón no se movía de ahí, por lo que Isis se apresuró a tomar su cuchillo de combate de su pierna y arrogárselo haciendo que se clavara en su cabeza. La criatura cayo inmóvil al suelo y el equipo reanudo su marcha, con precaución se deslizaron frente a las puertas del edificio entrando en él.
Dentro las cosas no eran mejores que afuera, había sangre regada en el pasillo y esparcida en las paredes. El comando entro a los laboratorios y aulas del lugar en búsqueda de aquel plano, sin embargo solo encontraron más de esas cosas a las que neutralizaron rápidamente. Salieron de nueva cuenta al pasillo y se dirigieron al final de este entrando por la puerta que ponía “coordinación”. Dentro en las oficinas el desastre era mayor, papeles, mobiliario, equipo de cómputo, todo estaba regado por el suelo hecho pedazos. Encontraron tres zombies más ahí los cuales fueron neutralizados inmediatamente. Una vez asegurado el lugar los integrantes del equipo se separaron en búsqueda del dichoso plano, el cual fue encontrado por Osiris en el despacho del coordinador.
-¡santo cielo! Esto es realmente complejo, no le hayo pies ni cabeza- Exclamo Osiris al examinarlo.
-¡lo estas sosteniendo al revés idiota!- le señalo su hermana.
-¡Oh!, es cierto, así está mucho mejor- dijo una vez que había acomodado el plano.
-Dejen de bromear y salgamos de aquí o nos caerá la noche encima- Dijo Cesc mientras observaba el reloj de pared que marcaba ya las 20:25 horas.
Osiris enrollo el plano y lo coloco dentro de un porta planos que había en la oficina echándoselo al hombro. El comando salió de la misma forma en la que entro hasta llegar a la entrada trasera de la facultad, una vez ahí se dirigieron hacia la facultad de organización deportiva que se encontraba justo detrás de la ingeniería. No tuvieron problema alguno al atravesar el único edificio que la componía y solo se volvieron a topar con aquellas criaturas una vez que alcanzaron el estacionamiento, mas no las confrontaron pues se dirigían a los campos de atletismo, donde colocarían unas señales de humo indicándole su posición al helicóptero que los recogería. No pasaron más de diez minutos cuando este apareció en el cielo acercándose hacia ellos, sin embargo ante la preocupada mirada de los miembros del comando, el helicóptero comenzó a descontrolarse danto tumbos de un lado a otro y girando de forma errática hasta caer en picada a algunos cuantos kilómetros de donde se encontraban Cesc y su escuadrón.
Pálidos y sorprendidos ante lo sucedido, los miembros de la unidad comandada por Francesc se mantenían incrédulos. El crepúsculo comenzaba a hacerse presente y el trasporte que los sacaría de ese infierno había caído por lo que se veían obligados a pasar la noche entre esas criaturas, lo que sin duda seria la peor experiencia de sus vidas.
Es todo por le momento. Esta parte no ha tenido muchas modificaciones y las que ha tenido han sido en su mayoria narrativas y no de la trama. Espero que lo hayan disfrutado. | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Mar Ene 17, 2017 5:17 pm | |
| Por mi parte la calma y disfrutarlo de a poco sólo sirvió para disminuir la emoción del momento, pero ahora que leí el capítulo vuelve a estar a tope. Necesito más! Ya! xD
En cuanto al capítulo, es tal y como lo recordaba. Me imagino las caras del grupo mientras veían al helicóptero tambalearse y estrellarse en la lejanía. No quisiera estar en sus zapatos, jaja. | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Jue Ene 19, 2017 9:09 am | |
| - manto escribió:
- No quisiera estar en sus zapatos, jaja.
D: cesc, te iba a dejar los suyos... | |
| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Jue Ene 26, 2017 4:49 pm | |
| TARDE MIL AÑOS, pero ya comento. La verdad recordaba los personajes y el objetivo que tenían pero de la trama de como pasaban los hechos no me quedaban los detalles así que lo disfrute en cierto sentido como si fuera una primera leída. En fin, emoción y cosquilleo por esto y a esperar a ver quien sigue (ya ni lo recuerdo jaja).
Salute! | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Miér Feb 22, 2017 7:29 am | |
| Me dijeron que era mi turno así que acá va - Ronda 2 - Manto :
El perro entornó sus encarnizados ojos hacia los dos jóvenes que auxiliaban al niño escaleras abajo, mientras emitía un grotesco gruñido que crispaba incluso al más valiente de los héroes.
—Rex… ¿Qué te pasó, Rex? —Intentaba el pequeño comunicarse con su ahora deforme mascota.
—Quédate quieto, niño… —Le habló el pelinegro— Lo siento, pero ese ya no es tu perro —Entonces apuntó al animal con el revolver que le había sido entregado por el viejo Gustav, quien miraba desde detrás de la puerta de la lavandería del edificio junto con su esposa y la hermana mayor del muchacho que acompañaba a Jasón en medio de aquella sala.
La repugnante bestia dio unos lentos y pesados pasos bajando los primeros escalones —No le dispares, ¡Rex es mi amigo! —Sollozó el niño.
—¡Ese perro no es amigo de nadie! —Lo contradijo Jasón, intentando armarse de valor y apuntando a la cabeza de la criatura.
Un ladrido gutural y vicioso sonó por todo el recinto y el perro comenzó a acelerarse en perfecta línea recta hacia ellos —¡Jasón! —Llamó Mark a su amigo para que reaccionara— ¡Dispárale o nos matará!
El muchacho que sostenía el arma apuntó con ella a la bestia que se les abalanzaba, haciendo uso de ambas manos sostuvo el revolver tan firme como pudo y calculó con toda la precisión que la situación le permitiera. El monstruoso perro extendió sus cuatro patas en un furioso salto desde el final de la escalera, acompañándose con las fauces abiertas, listas para triturar lo primero que cayera en ellas.
Un disparo retumbó por los pasillos. Luego otro.
El animal había caído a tan solo a unos dos metros de la posición en que Jasón y Mark acompañaban al infante. Rex no parecía moverse, sin embargo ninguno se atrevió a acercársele.
—¿Crees que esté muerto? —Preguntó el menor de los dos amigos. Entonces una serie de convulsiones se sucedieron en el cuerpo del deteriorado animal y prosiguió a intentar levantarse.
—¡No puede ser! —Chilló el pelinegro.
Afortunadamente para ellos, los tiros realizados momentos antes habían impactado de tal forma que impidieron a la bestia sostenerse sobre una de sus patas delanteras, lo que lo precipitó al piso dándoles unos segundos más.
Jasón se acercó fuera de sí, en una mezcla de furia y miedo que nublaba su juicio, y disparó sin cesar a la cabeza del perro. Un disparo retumbó nuevamente por los pasillos. Luego otro. Y otro más. Luego el silencio…
—Está muerto… —Reaccionó quien portaba el arma, seguido por unos lamentos que atemorizaron a todos— ¿Pero qué rayos?
Desde una de las salas adyacentes una serie de personas ensangrentadas hicieron presencia. Caminaban lentamente y arrastrando sus pies, con esfuerzo ponían uno delante del otro. Del otro lado de las escaleras, en dirección a la entrada del edificio, una tercera figura apareció sosteniéndose en la pared. Y varios otros gemidos llegaron desde los pisos superiores.
—Deben haber escuchado los disparos, ¡tenemos que salir de aquí! —Clamó Mark tan asustado como el resto y tomando al pequeño niño con sus brazos —¡Lisa!¡Salgan de allí, tenemos que escapar! —Se dirigió a su hermana y al resto.
La joven se apresuró a reunirse con sus compañeros, pero se detuvo a medio camino al ver que el viejo matrimonio no se movía.
—¡Están locos! —Chilló Gustav— ¡Quedarnos aquí adentro es lo más seguro! ¡Tú si me entiendes, Agatha —se dirigió a su esposa—. No los dejaré volver a entrar! ¡Devuélveme mi revolver! —Gritó mirando furioso a Jasón, quien devolviéndole la mirada le arrojó el arma cerca de la puerta.
Los ensangrentados se acercaban cada vez más.
—¡No hay tiempo! —Apuró Mark a su hermana, que seguía dubitativa mirando a la señora al lado del viejo —¡Vengan ya!
Lisa cerró sus ojos y dio la espalda a los dos mayores, corriendo hacia la salida junto con su hermano y su novio.
—Esperen —Llamó Agatha desde atrás y, desprendiéndose de su esposo en un acto de desesperación, corrió dificultosa junto a los jóvenes.
—¡¡¡Aghata!!! —Bramó Gustav— ¡Muy bien, si eso es lo que quieres, ve y muérete con esos mocosos! —Con esas palabras se arrastró en busca del objeto que le brindaba tanta seguridad y regresó con él hasta la puerta de la lavandería, donde un hombre al que le faltaba un brazo estaba esperándolo.
Propinó un disparo en la cabeza del sujeto, el cual cayó a un lado. El estruendo cautivó la atención del resto de los zombies que comenzaban a inundar el lugar. Gustav regresó a su escondite e intentó cerrar la puerta, pero la mano de uno de sus perseguidores se interpuso, impidiéndole asegurar su refugio. El hombre forcejeó con la criatura, sin resultados; entonces apuntó con el arma y disparó dos veces, rompiendo e inhabilitando el brazo que atentaba con ingresar a la sala. Tiró con todas sus fuerzas y finalmente logró cerrar la puerta, cortando la extremidad que lo acompañó en el interior. Con presura intentó mover un lavarropas para tapar mejor el paso, mientras al otro lado se amotinaba un conjunto de cuerpo que golpeaba sin cesar, con el sólo objeto de entrar al cuarto y devorar a aquel hombre.
Mientras corrían, Jasón y los suyos se quedaron con el retumbar de los golpes en los oídos y la incertidumbre del destino de Gustav. En algún lugar cabía la esperanza de que se hubiera salvado. Pero todos sabían que no era probable. Con lágrimas en los ojos, Agatha se despidió silenciosa del hombre al que había acompañado toda una vida y siguió al resto del grupo por un pasillo hasta salir del edificio.
La fuerte iluminación del día los cegó a todos por un momento. Una vez acostumbrados sus ojos al sol que brillaba en lo alto como si nada hubiera pasado y un espléndido día festejara la temporada, observaron su entorno.
Autos abandonados, chocados y las calles terriblemente sucias, sin mencionar la sangre esparcida en charcos y lagunas a lo largo de la calle, acompañando todo con un fétido hedor agrio que perforaba las narices de aquellos que hubieran vivido lo suficiente como para percibirlo.
—¿Qué hacemos ahora? —Preguntó Jasón, pero nadie presente respondió a su pregunta. Cada uno se hallaba sumido en un mundo particular, creado por las recientes experiencias vividas.
De pronto unos gritos cruzaron la calle. Desde la avenida a su izquierda, un grupo de tres personas corría desaforada huyendo de un contingente de andantes que se apresuraban tras de ellos. A diferencia de los que dormitaban dentro del edificio, éstos lucían mucho más rápidos y pronto estuvieron lo suficientemente cerca como para alcanzar a una de las personas que huían y arrojarla al suelo, saltando todos sobre ella y masacrándola a mordiscos y tirones. Metros más adelante, los dos sujetos que habían logrado escapar se vieron cercados por un segundo grupo de cuerpos que aparecieron desde los lados de las veredas. Tras gritos e inútiles forcejeos, los dos hombres sucumbieron al atroz apetito de los desesperados depredadores.
—No puedo soportarlo más —Lisa cayó de rodillas, abatida, se cubrió el rostro con las manos y comenzó a llorar.
Jasón la cubrió con sus brazos, intentado consolarla y darle algo de coraje para continuar, entonces la señora de cabellos canos la tomó por el brazo —Vamos, querida —le dijo en un tono semejante al con que una abuela se dirige a sus nietos— saldremos de aquí, sobreviviremos todos juntos— a pesar de que acababa de perder a su compañero de toda la vida, de toda la angustia que sentía dentro, aún podía mostrarse fuerte; preocuparse por otros y tratarlos con afecto. Si la señora Agatha podía mantenerse de pie tras su inmensa pérdida, ¿qué excusa tenía Lisa? Se enjugó los ojos con la manga de su blusa y se incorporó, ayudada por la anciana.
—Debemos… debemos encontrar un lugar donde escondernos… —Habló finalmente Mark, sosteniendo aún al pequeño.
Los zombies estaban demasiado ocupados descuartizando al grupo que acababan de atrapar, por lo que restaron atención a su entorno, permitiendo así escapar al grupo sin ser notados. Se alejaron pegados a la pared y escondiéndose detrás de los autos cuando fuera necesario. Por fortuna, aquel lugar no era tan céntrico en la ciudad, y menos gente lo circulaba. Siendo así que los monstruos resultaron en menor cantidad por aquella zona. Reuniéndose claro donde hubiera mayor concentración de “alimento”.
Vagaron de una calle a otra, evitando tantos cuerpos vivientes como pudieran, hasta detenerse frente a un mercado que en días pasados hubiera sido atendido por extranjeros —Iré a buscar alimentos —informó Jasón— quédate con ellos, Mark, y busquen un lugar más seguro que aquí en la calle —el chico asintió.
El pelinegro se adentró con sigilo en el local, llevando consigo una mochila que había conseguido anteriormente y un bate de baseball hallado en el mismo lugar.
Mientras tanto, el resto del grupo corrió hacia un callejón justo en frente del mercado, en medio de dos edificios de ladrillo. Subieron las escaleras de incendio que se levantaban a un lado de uno de éstos y esperaron allí pacientes por el muchacho.
Pasaron algunos minutos cuando la tarde estaba a punto de caer. Entonces los gritos y gemidos de un gran grupo de zombies los sorprendió desde alguna dirección a la cual no tenían vista debido a la angostura del callejón en el que se habían ocultado.
—Eso no suena bien… —Habló Mark— Bajaré a ver qué sucede —Lisa quiso detenerlo, pero fue en vano.
Una vez abajo, el joven castaño se aproximó a la salida del lugar y se posó con la espalda contra la pared, dispuesto a espiar. Apenas dio una ojeada y regresó al punto de las escaleras, tomando los caños de estas con sus manos y bajando la cabeza —Vienen por ambos lados de la calle… Están rodeándonos —explicó desde abajo.
Las mujeres lo miraron y llamaron para que subiera, pero Mark se negó —Alguien tiene que avisar a Jasón, todavía sigue ahí adentro.
Se acercó nuevamente hasta la esquina de la pared y miró a los grupos que se hallaban en las salidas de cada lado de la calle —“Son demasiados… ¿Por qué hay tantos? Todos los que no nos cruzamos hasta ahora deben estar ahí…”.
Armándose de valor corrió a toda prisa a través de la avenida, rogando no ser detectado por aquellas abominaciones, y se introdujo en el mercado al que había ingresado su amigo con anterioridad. Los zombies, lentamente, comenzaban a acercarse al lugar.
Desde el primer descanso de la escalera de incendios, las mujeres se debatían si continuar subiendo o no, entonces el pequeño habló luego de un largo tiempo en silencio —Me siento mal… —Pronunció en un tono casi inaudible.
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| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Miér Mar 15, 2017 7:18 pm | |
| Uy, ese final. Tengo que admitir que recordaba (y un poco esperaba) ese momento. Gran capítulo Manto, este capítulo se me hizo más fácil recordarlo. Me tardé un montón en publicar porque me olvidé. Sinceramente. Pero bueno acá va mi segunda entrega que creo que perderá un poco de emoción sabiendo lo que ya saben. - Día 2:
Día 2, 2:03 AM
El molesto ruido que producían sus dedos al chasquear entre ellos había empezado a molestar a los otros ocupantes de esa sala creando una situación aún más incomoda de la que ya antes había, teniendo en cuenta que a nadie le puede resultar demasiado confortables estar tres horas seguidas siendo un posible blanco de una escopeta.
Sin embargo ese tipo y la jovencita que la acompañaban venían de afuera y por ende podían estar infectados por esos monstruos, no podía dejarlos moverse con libertad hasta que esa duda desapareciera de su mente.
- ¿Puedes dejar de hacer ese molesto ruido?- preguntó de manera agresiva el retirado militar a su “captor”, la chica estaba tan aterrada que parecía ya no importarle el ruido sin embargo ese tipo parecía que había sufrido esta situación en más de una ocasión y no parecía molestarle en absoluto ser apuntado por un arma.
- Ya te lo dije, desnúdate y te dejaré hacer lo que quieras- le inquiero el joven portador del arma, su apariencia era la de una persona de dieciocho años, diecinueve cuanto mucho.
- ¿Si yo lo hago dejarás libre también a la chica?- preguntó con molestia el más viejo del lugar- ¿Acaso eres un especie de pervertido homosexual?- el asco que se reflejaba en su mirada le molestó sin embargo prefirió no continuar con esa estupidez y centrarse en el tema que importaba.
- Tengo que revisar que no tengan ninguna herida- le contestó con sequedad- No es algo que me guste hacer pero ya vieron como estaba la situación, tienen suerte que halla logrado que los dejen entrar.
“La situación” como el joven la había llamado había sido algo muy impactante para la católica joven, todavía su mente mantenía los recuerdos de lo que cinco horas antes había pasado.
El ingreso a la iglesia por parte de ella y el hombre que la acompañaba había traído aparejado un problema un poco menos grave que ser perseguido por los zombis. Al caer, literalmente, dentro de la gran catedral había sido recibido por un rifle apuntándoles, sumado a una amenaza de muerte. El portador del arma había sido el mismo joven que ahora los estaba custodiando sin embargo detrás de él también se encontraba un hombre de apariencia a tener unos cuarenta y pico años de edad.
- ¿Por qué los dejaste entrar?, no sabemos si han sido mordidos por esas cosas- la voz del adulto había sonado agresiva contra el joven armado- ¡¡Mi esposa está aquí chico, no podemos jugar con nuestras vidas!!- le gritó sin embargo el joven seguía con su aspecto serio, impasible ante la agresión recibida.
- Les vuelvo a repetir lo mismo, si dan siquiera un solo paso les dispararé- la atención del joven parecía estar únicamente centrada en los recién llegados, sin embargo luego, sin apartar su vista de las personas apuntadas por su rifle, dirigió unas palabras para el otro hombre- Señor Lemacks si es tan amable en vez de acusarme por salvarle la vida a dos personas, ¿podría por favor volver a asegurar la puerta de la iglesia?
- No lo haré hasta que me asegures que estos no son zombis- le indicó con una voz firme que no iba con su cuerpo, el tipo no tenía la pinta de ser uno de esos hombres duros. Bajito, pelado, su aspecto bonachón y su bigote eran las características más destacables del sujeto.
- Los meteré en una habitación conmigo y los mantendré vigilados por veinticuatro horas, sino se convierten en ese tiempo en zombis tendremos que confiar que no lo harán después- le indicó el joven con decisión en su mirada- ¿Algún problema con eso?- preguntó con una voz que no daba lugar a las réplicas.
- Espero que sepas lo que haces Elton- le dijo con voz resignada antes de asegurar las puertas nuevamente- Vete antes de que me arrepiente- le había dicho haciendo que el joven les ordenara a la chica y al militar que los siguieran.
- ¿Entonces como te llamas?- la voz del retirado militar la sacó de su ensueño trayéndola bruscamente a la realidad- Después de todo a pesar de que casi perdemos nuestras vidas juntos ni siquiera sabemos nuestros nombres.
- Carena- le contestó con voz tímida antes de especificar- Carena- su respuesta fue acompañada con una leve sonrisa dirigida únicamente para quien la había acompañado en el “viaje” a la iglesia- ¿Cómo es tú nombre?
- Solo dime Reynald- le dijo, su voz era seca como la mayoría de sus gestos sin embargo sus ojos tenían un brillo extraño, la joven al verlo con más detalle no supo identificar que significaba eso ya que nunca había visto a otra persona que le genera esa misma sensación- ¡¡Oye chico ya me cansé de esto llama al otro tipo para venga a revisarme y vea que no me mordió nadie!!- le pidió a Elton, este lo miró con desconfianza sin embargo el retirado militar no volvió a mirar al joven sino que dirigió su vista hacia Carena- Vamos chica tu también desvístete así terminamos con esta estupidez de una vez- le pidió.
La chica se sonrojó vivamente antes la proposición de Reynald, inconscientemente abrazó su cuerpo con fuerza con la intención de que esa idea se borrara de la cabeza del hombre.
Elton miró con más detenimiento a la chica, parecía no tener mucho años menos que él, tal vez uno o dos sin embargo ya tenía una figura más que atractiva, unas buenas piernas y unos pechos que llamaban su atención. Era bastante alta y tenía un hermoso y largo cabello castaño. No le hubiera importado verla desnuda sin embargo su moral le impedía hacer eso.
- Tu solo te desnudaras, y lo harás en otra habitación- le indicó al hombre- Para Lemacks yo te revisaré sin embargo no tendrás que descambiarte, pero le diremos que si lo hice, ¿entendido?- la indicación fue para la chica quien suspiró aliviada que los problemas empiecen a solucionarse sin tener que quitarse la ropa.
Pasados pocos minutos entró Lemacks con las pistola de Reynald en su mano, después de murmurarle algunas cosas a Elton y recibir la respuesta del joven el hombre le indicó al veterano de guerra que lo acompañara a otra habitación siendo cada movimiento seguido por la pistola, al quedar solo los dos jóvenes Elton solo se paró, guardó el rifle en su espalda y con un gesto le indicó a Carena que la siguiera.
Después de pasar por unos pasillos, donde solo había vírgenes colgadas en las paredes, los jóvenes llegaron a una especie de salón comedor en donde entre medio de muchas mesas una mujer parecía estar cocinado algo con un pequeño mechero.
La mujer promediaba los cuarenta años de edad, a simple vista se notaba que era la esposa de Lemacks ya que a pesar de no tener rasgos físicos parecidos si tenían cosas que los hacían fácilmente asimilables.
- ¡¡Elton querido, estaba preocupado por ti, espero que Samuel no te haya…!!- la voz chillona de la mujer se detuvo cuando sus ojos percibieron a la chica- ¡No me había dicho nada de que uno de lo que había ingresado era una jovencita!- dijo horrorizada mientras se acercaba a la tímida chica y le ponía una manta en su espalda- Niña disculpa lo que mi esposo te habrá dicho no lo hace con intención de ofender a nadie es que se toma muy a pecho mi protección.
Carena se sorprendió ante el gentil gesto de la mujer y agradeció como agua en el desierto la manta que le proveyó, ya que el miedo y el frío eran una mala combinación.
- No, no tiene que preocuparse señora, solo dios sabe lo que deben haber sufrido con estas criaturas demoníacas- le dijo esforzándose para darle una gran sonrisa que lograse tranquilizar a la mujer. A diferencia de su marido Selena era flaca, demasiado. Resaltando mucho más esta característica cuando se encontraba con su esposo. Su pelo rubio era largo sin embargo lo llevaba con un elaborado rodete que impedía que el cabello bajara de la altura de los hombros.
- ¿Puedes darle algo para comer y prepararle una cama?- preguntó Elton a la mujer- Yo también dormiré un poco, al fin y al cabo es el turno de guardia de tu esposo y ahora vendrá otro tipo más para dividirnos los turnos- le indicó. El joven no superaba los veinte años de edad, sin embargo se manejaba con una madurez propia de un adulto responsable. Físicamente a Elton se lo podía describir como un joven apuesto, aunque sin destacar demasiado, tenía el pelo color gris (como si estuviera lleno de canas) aunque lo llevaba corto. Sus ojos eran color celestes combinando de una manera muy extraña con el tinte de su cabello. Colgada a su espalda descansaba su rifle el cual no se separaba del cuerpo del joven por más de un minuto.
- Si claro- asintió la mujer antes de tomar de los hombros a la joven- que aquí querida te haré algo caliente y luego podrás acostarte en uno de los colchones, no son muy cómodos y todos dormimos aquí en el comedor, sin embargo de esa forma nos cuidamos mejor entre nosotros- le explicó la mujer excusándose, Carena no habló más de lo necesario, intercambió unas breves presentaciones y luego se fue a dormir, con todo el cansancio del día.
5:38 PM
Los ruidos de disparos le despertaron, sumados a la voz de Samuel Lemacks- ¿Cómo mierda fue que entraron al edificio?-.
- Apuntales a sus cabezas, sino no caen- la segunda voz no era tan reconocible, aunque por su tono Carena dedujo que se trataba de Reynald- ¿Qué no me escuchas?, ¡¡te dije que a las cabezas!!- le gritó previo a disparar.
- ¿Qué está pasando?- preguntó Carena asustada mientras se incorporaba del colchón que le había servido de cama, su mirada rápidamente captó a Elton, el cual estaba apoyado a la gran puerta del comedor con su rifle en mano apuntando a los pasillos de la gran iglesia. - Han entrado esas criaturas- la voz de la señora Lemacks sonó a su lado, la joven giró su rostro para ver, estaba escondida tras una mesa, sobre uno de los colchones- Samuel y el otro señor están acabando con lo que entraron- le explicó- No te preocupes pronto todo volverá a la normalidad.
- Aunque matemos a los que entraron no podremos cerrar la puerta nuevamente- dijo rápidamente, luego se detuvo- frente a esta iglesia está infestado de ellos- agregó Elton sin quitar su vista de los pasillos- Por ahora tenemos que dejarles el resto de la iglesia- por primera vez desde que la joven había despertado Elton le dedicó su mirada- Carena, ¿no?- esta asintió con su rostro- en la tercer puerta a mi espalda hay provisiones, intentan traer todas las que puedas- le pidió.
- Pero…- el rostro de la joven irradiaba el terror que tenía encima, le asustaba caminar sola por la iglesia sabiendo que los zombis habían entrado, ni siquiera aunque tuviera un arma con ella podría, al fin y al cabo no creía posible que ella misma disparara.
- No te preocupes, esas cosas sean lo que sean no han llegado hasta ahí- le prometió con tranquilidad- ¿Crees que puedas ayudarla Selena?- le preguntó a la señora Lemacks, esta asintió mientras se levantaba, Carena la siguió aun indecisa- Gracias, yo me ocuparé de que ninguna de esas cosas pase- contestó- Aunque esto no durara para siempre.
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| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Sáb Mar 18, 2017 1:20 am | |
| ¡leidos al fin! o debí decir re-leídos (?) Bueno no importa mucho, creo... Sobre el hilo de manto debeo decir que recordaba mucho, pero no estoy tan seguro de que fuera asi de rapido, y es que tengo la sensacion de que algunas cosas pasaron un poco mas adelante ¿cambios? Iza, tu hilo lo disfrute como la primera vez, habia olvidado del nombre de Carena xD y de como elton se hizo de la vista gorda en cuanto a no desnudarla. Por cierto, recordaba a Carena con el cabello corto, no se si es imaginacion mia o solté spoiler, espero que no. Y bueno, ya que estoy por aqui... Pero antes no pude evitar notar que el hilo de iza esta temporalmente hablado mas adelantado. Mientras que manto y yo me parece seguimos en el dia "0" ¡nos quiere hacer escribir mas para alcanzarlo! manto ¿Deberiamos activar nuestros poderes narrativos de salto en el tiempo? Es broma, pero creo recordar que tu hilo iza, tenia esa particularidad de ver la historia desde diversos lapsos temporales. Ahora si... - Ronda 2: Se rapido o muere. :
El miedo era el común denominador del ambiente en el que se encontraban. Preocupados y temerosos de lo que pudiera suceder, todos se mantenían un silencio que reinaba junto con una profunda y aparente calma que hacia añicos los nervios de los ahí presentes, pues con el más sutil de los ruidos o la más insignificante de las sombras se sobresaltaban temerosos. La oscuridad resultaba ser bastante inquietante, sabían que esas cosas estaban ahí afuera merodeando, sin embargo, contar con la presencia de aquellos soldados les tranquilizaba, aunque no lo suficiente como para sentirse seguros.
Después de haber visto como el helicóptero caía, Francesc, pese a su asombro ordenó replegarse de vuelta hacia la facultad de organización deportiva, refugiándose en la cafetería de esta, donde se encontrarón con cuatro civiles. Una de las empleadas de la cafetería, cuyos mayores rasgos eran las arrugas en su rostro y su expresión bondadosa; un par de estudiantes, un chico y una chica, él con un porte atlético y vestido con un chándal de la universidad y ella bajita y sin ningún rasgo físico destacable vestida de igual forma; además se encontraba un guardia de seguridad, gordo y bigotón con un aire prepotente que se vio obligado a tragarse ante la presencia de los militares.
Sentado cerca de la puerta Francesc vislumbraba el panorama dentro de la cafetería con ayuda de la linterna de su fusil. La empleada y la chica se encontraban juntas al otro lado del comedor dándose valor una a la otra. Por su parte el chico miraba de forma poco respetuosa a Isis, quien vigilaba por una de las ventanas, lo que sin duda le traería serios problemas si su segunda al mando se daba cuenta. A su derecha y no muy lejos de él se encontraba el guardia quien lo miraba constantemente, o mejor dicho miraba su arma. Era evidente que su presencia le molestaba ya que le relevaron de la autoridad que hasta hace poco había tenido.
El sonido de un fuerte golpe sobresalto a todos,no obstante se calmaron luego de ver que solo se trató de Osiris, quien ante un arranque de rabia producido por la frustración que sentía había golpeado una de las mesas.
-¡Carajo!-Exclamo el susodicho.
-¿Qué es lo que sucede?- Preguntó Cesc acercándose a él, a pesar de que creía conocer la respuesta.
-Sigo sin tener respuesta, señor- Respondió señalando al radio comunicador que había en la mesa- No, es peor que eso, me parece que el canal está abierto ya que solo escucho estática. Me preocupa que algo haya pasado en el campamento base, señor.
La severidad de esas palabras alarmo a todos, especialmente a los civiles, quienes comenzaron a caer de nuevo en la desesperanza.
-¡¿Eso significa que nadie vendrá por nosotros?!- Pregunto la chica angustiada.
-No. Saldremos de aquí tenlo por seguro- Le dijo Cesc tratando de calmarla.
El líder de la unidad se volvo hacia Osiris y lo sujeto por su chaleco jalándolo hacia él. -Ten más cuidado con lo que dices, recuerda que hay civiles- Le dijo al oído a modo de regaño. Osiris afirmó con un movimiento de cabeza y tomó de nuevo la radio e hizo como si la ajustara por indicación su superior, mientras este apretaba un pequeño botón de su intercomunicador.
-Thiago, ¿Cuál es tu informe de la situación?- Dijo.
-Oscuro como el alma de Isis-Respondió.
-Puedo escucharte, ¿Sabes?- Dijo la chica por su intercomunicador.
-Basta. Thiago déjate de bromas y dime que ves- Ordenó Cesc.
-Absolutamente nada Cesc, la oscuridad es muy densa apenas y puedo ver a unos 5 metros con ayuda de la linterna.
-Mantente expectante- Le indicó- Rubén ¿Qué reportas?
-Tenemos suficientes provisiones como para un mes – Dijo por el intercomunicador desde el almacén.
“Eso es mucho más tiempo del que tengo pensado quedarnos aquí” pensó el líder. – Ejecuta la orden 03- Le indico a Rubén lo que él respondió con solo un “entendido”.
-¿Qué rayos significa eso de la orden 03?-Pregunto el guardia.
-Significa “Información clasificada”- Le respondió Isis.
Cesc volteo a ver a su compañera reprimiéndola con la mirada. Quizás tenga razón, pero bajo esas circunstancias lo mejor era permanecer todos en calma unos con otros.
-Solo está preparando una reserva de provisiones por si tenemos que salir por patas de aquí. Eso es lo que significa esa orden- Le dijo al guardia, quien sin estar realmente convencido aceptó su respuesta.
La madrugada se encontraba ya bastante avanzada, deberían de ser cerca de las 4 am. Acurrucados en el piso los civiles dormían o al menos lo intentaban, pues el miedo que sentían les impedía conciliar de todo el sueño. Sentados alrededor de una mesa se encontraban Cesc y su unidad, salvo por Thiago que seguía vigilante en su puesto.
-El campamento base no respondió, Cesc ¿Qué vamos a hacer? – Inquirió Osiris abriendo el canal de su intercomunicador para que Thiago escuchara la conversación.
-Lo único que podemos hacer Osiris, llevar los planos a la planta hidroeléctrica.
-¿No deberíamos regresar a uno de los campamentos? Tal vez el campamento base no responda pero puede que otro si lo haga – Sugirió Thiago.
-¡Es cierto! ¿Por qué rayos no pensé en eso?- Dijo Osiris.
-No. – Se apresuró Cesc en intervenir – Perderíamos el tiempo.
-Pero Cesc, si… - Trato de hablar Isis pero fue interrumpida.
-Nuestra misión, es recuperar los planos y llevarlos a la planta hidroeléctrica, creíamos que recuperar los planos seria lo único complicado porque después un helicóptero vendría por nosotros y nos llevaría hasta allá.-Hizo una pausa-Sin embargo, ese helicóptero se ha desplomado y no hay forma de comunicarnos con el campamento base para que envíen a alguien más por nosotros, lo que significa que estamos solos y debemos terminar con la misión por nuestra cuenta. Ahora, si ha habido o no algún problema en el campamento base no debe distraernos de nuestro objetivo, además está muy lejos, aun mas lejos que la planta hidroeléctrica.
-Comprendo lo que dices Cesc y tu decisión me parece apropiada, pero hablando del helicóptero ¿Qué hay sobre los pilotos? Deberíamos ir y averiguar si sobrevivieron, no parece haber caído muy lejos de aquí o cuanto menos podríamos rescatar municiones o alguna que otra arma.- Dijo Thiago.
-Eso es algo en lo que también he estado pensando – Declaró Francesc.
-Esperen un minuto- Dijo Rubén- ¿Qué pasara con ellos? – señaló a los civiles- No podemos llevarlos con nosotros todo el tiempo.
-Cierto, pero tampoco podemos dejarlos a su suerte- Dijo Osiris.
-Lo mejor será llevarlos con nosotros, por lo menos hasta que encontremos algún equipo de evacuación.- Dijo Cesc.
-¿Entonces el plan de acción está decidido?- Pregunto Isis.
-Sí. Saldremos de aquí e iremos al lugar donde el helicóptero cayó, después hacia la planta hidroeléctrica.
Un fuerte sonido se dejó escuchar alertando a todos, poco después el disparo del fusil de Thiago se hizo presente.
-Tal vez ya se dieron cuenta, pero tenemos compañía. – Se escuchó decir al francotirador.
El sonido de un cristal rompiéndose se escuchó a sus espaldas. De alguna manera una de esas criaturas había logrado impulsarse para entrar a través de la ventana.
La empleada y la chica gritaron asustadas al tiempo que Isis reaccionaba y le disparaba a la criatura neutralizándola. Fuertes golpes comenzaron a oírse desde la puerta, la cual parecía comenzar a ceder pese a la improvisada barricada de sillas y mesas que habían colocado detrás de esta.
-Hay demasiados en la puerta, usare una granada, aléjense de ella – Informó Thiago.
Cesc aviso a los civiles que no se acercaran a la puerta, lo cual no era necesario pues ninguno de ellos tenía la intención de acercarse ahí.
El tintineo de algo metálico al chocar con el piso se dejó oír, siendo precedido por una explosión. Los golpes cesaron inmediatamente, el guardia se abalanzo hacia la puerta, dispuesto a reforzar la barricada sin saber que la explosión había dañado gravemente la puerta.
De forma sorpresiva un nuevo golpe se escuchó y la puerta cedió empujando la barricada, la cual cayó sobre el guardia derribándole. Las criaturas comenzaron a entrar y los soldados abrieron fuego, pero poco sirvió para contenerlos. Tan pronto como entraron algunos zombies se abalanzaron sobre el guardia quién gritaba por auxilio, mas para él ya era demasiado tarde.
-Vayan a la cocina- Les indicó Cesc a los civiles que quedaban los cuales obedecieron inmediatamente. Con un gesto, Francesc le indico a Rubén que les acompañara y este así lo hizo.
Continuaron disparando a discreción sin poder contener la horda de zombies que parecía no cesar. -Thiago, despeja la salida trasera. Te veremos ahí. – Ordenó Cesc a lo que el sniper respondió con solo un “entendido”.
El líder tomo una granada de su equipamiento al tiempo que los hermanos comenzaban a quedarse sin balas en sus rifles. Cesc le retiro el seguro y la arrogo entre las criaturas. Él, junto con los hermanos se apresuró a entrar en la cocina lográndolo justo a tiempo para ponerse a salvo de la explosión. Dentro de la cocina Rubén tomaba unas mochilas con provisiones y se las pasaba a sus compañeros quienes se las colocaron de inmediato.
El sonido de los pasos de los zombies se escuchó de nuevo preocupando a todos. -El camino está libre, pueden salir- Dijo Thiago a través del intercomunicador.
Abrieron la puerta trasera y salieron Rubén y Cesc seguidos por los civiles con Isis y Osiris detrás de ellos. Thiago se apresuró a bajar del techo de la cafetería, no sin dificultad alguna y corrió a unirse a la formación detrás de Osiris.
Avanzaron casi a oscuras hacia la facultad atravesándola, se encontraron con algunos más de esas cosas, pero lo suficientemente dispersos como para ignorarlos y salir ilesos. Llegaron a la callejuela que daba hacia la entrada lateral de la facultad de filosofía y entraron en ella. Se toparon nuevamente con un grupo de aquellas criaturas por lo que tuvieron que desviarse y salir de ahí entrando a la facultad de arquitectura. Entraron por un pasillo que les llevo al patio central, el cual era un verdadero laberinto con jardines y bancas e inclusive mesas de trabajo a diferentes niveles de altura. Avanzaron a través de él cuando de un momento a otro unas criaturas cayeron sobre ellos sorprendiéndolos. Osiris cayó al piso, sin embargo Thiago evito que un zombi se abalanzara sobre el neutralizándolo de un solo disparo. No obstante, la pobre anciana empleada de la cafetería no contó con la misma suerte, pues una de las criaturas cayó sobre ella derribándola. Los militares trataron de ayudarle ya era demasiado tarde, la criatura le había mordido en la yugular y la anciana se desangraba terriblemente. Presa del asombro y del pánico, la chica retrocedió un par de pasos chocando de espaldas con una de las criaturas, la cual la sujetó con fuerza y le mordió en el hombro arrancándole el musculo de dicho lugar. La chica grito con agonía y forcejeo por liberarse cayendo al suelo, Rubén disparo inmovilizando al zombie que la había mordido. Con lagrimas en los ojos la chica trato de incorporarse y correr hacia los militares, sin embargo, resbaló cayendo al suelo de nuevo. Rubén se apresuro a tomarla y salieron tan rápido como pudieron de ese lugar deteniéndose al final de un pasillo vacío para atender a la chica.
Ella lloraba y se veía débil, sus ropas se encontraban empapadas por su sangre. Rubén luchaba por contener la hemorragia lo cual parecía imposible. Poco a poco el llanto se trasformaba en un sollozo y ella comenzaba a perder la conciencia. En silencio todos miraban los intentos de Rubén por salvarla sin dejar de permanecer alertas. De un momento a otro el médico de la unidad suspiro resignado y movió su cabeza de lado a lado.
-A perdido mucha sangre, no lo logrará- Sentenció el hombre.
La tristeza que los embargaba fue acompañada por una fuerte sensación de impotencia al no poder hacer más que quedarse con ella hasta que se fuera.
Una vez inerte, el médico cerró los ojos de la pobre chica lamentándose tener que dejarla ahí. Cabizbajos, pero alerta comenzaron a caminar por aquel pasillo deteniéndose de improviso al escuchar unos fuertes chillidos a sus espaldas. Volearon buscando la causa de tan horrible ruido y sus ojos presenciaron como la chica que hace apenas un minuto había muerto se incorporaba con dificultad. Sorprendidos y aterrados ante ellos, los militares le apuntaron con sus armas, salvo Rubén quien esperanzado a un mal diagnostico de su parte le grito:
-¡Hey! ¿Te encuentras bien?
Mas la chica no respondió. Lentamente levantó su rostro dejándoles ver a los militares uno ojos completamente blancos, la chica soltó un gruñido más parecido a un aullido y comenzó a avanzar hacia los soldados tan rápido como podía.
-Detente- Dijo Cesc pero ella no parecía entender.
Un disparo se dejó escuchar y una bala se incrusto en el brazo izquierdo de la chica a quien no pareció molestarle en absoluto.
-Se volvió una de esas cosas – Dijo Isis quien había disparado.
Más quejidos y gruñidos se escucharon a sus espaldas, habían aparecido más de ellos bloqueando su salida. Dispararon de nuevo, esta vez fue Rubén quien lo hizo manando así a descansar a la joven chica que hace unos momentos trataba de salvar.
Corrieron de regreso al laberinto que era el patio de aquella facultad, evadieron algunas criaturas más y neutralizaron a otras, consiguieron llegar a otro pasillo por el cual salieron a la entrada principal de la facultad. Un gran número de zombies se encontraba ahí, afortunadamente estaban lo suficientemente dispersos como para correr entre ellos sin demasiado riesgo, por lo que lo hicieron.
Ágil, como se suponía que debía ser, el joven atleta eludía a los zombies uno tras otro, no obstante se detuvo en seco al ver algo que hubiera preferido no hacer visto. De pie frente a él, se encontraba su mejor amigo, cubierto de sangre y herido, con los ojos volteados y caminando lentamente dando tumbos.
-No puede ser verdad- Murmuró para sí entrando en un estado de shock- ¡Joan! – Le llamó pero solo consiguió capturar la atención de los zombies a su alrededor.
Cesc detuvo su carrera al ver lo que sucedía. -No te detengas, ¡Corre!- Le dijo pese a saber que llamaría la atención de los zombies alrededor suyo.
El joven atleta pareció salir de su letargo y trato de echar a correr, sin embargo para ese momento ya se encontraba prácticamente rodeado. El chico pido auxilio y los militares comenzaron a disparar tratando de ayudarle, pero solo consiguieron que más zombies aparecieran atraídos por el ruido de los disparos. Entre gritos de horror y un mar de saliva y sangre el joven cayó al suelo siendo devorado por aquellas criaturas. Sin más que hacer, los miembros del comando se deshicieron de los zombies que los rodeaban y corrieron hacia el estacionamiento frente a ellos, donde tomaron una camioneta y la encendieron dispuestos a abandonar el lugar.
Cambios minimos, solo unas palabras por otras, trate de arreglar algunas comas y puse algunos acentos que no estaban, seguramente me faltarón otros más. Acepto mi castigo cuando este venga, Oh mi señora editora, kurenea.
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| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Vie Mar 24, 2017 11:47 pm | |
| Casi me sorprende descubrir lo mucho que recordaba de estas entregas. Hay una línea ahí cuando Carena mira a Reynald mientras se presentan que... Uuuuuuuuuuuhhhhh quiero comentar pero spoilerrrrrrrrrrrrrr que sin saber no me había dado ni cuenta la primera vez, pero ahora la cacé y es genial. Y esos cuatro civiles en el hilo de Yus, pobrecitos, cuando no los presenta ni con nombre, sabemos que son carne de cañón Así que bueno, como sabrán durante febrero no estuve en casa, y al volver se me arruinó la PC, así que estuve dando vueltas y recién ahora me puse a leer lo que tocaba. Entonces ahí va mi entrega! Tiene menos cambios que la anterior (cuyos cambios ni siquiera notaron, muejeje), aquí hay algunos arreglitos de palabras, tildes y una reacción de Mark que no daba muy bien con el personaje. - Ronda 3 - Manto:
El inmenso número de cuerpos ambulantes se acercaba cada vez más al punto en donde la tienda se encontraba. El frente entero de ésta era de vidrio, o más bien, había sido de vidrio, pues ahora todos ellos estaban quebrados y esparcidos por el piso en cientos de trozos que brillaban decorando las baldosas del local.
Mark se detuvo en seco al entrar al lugar, le pareció oír a alguien moverse dentro pero el temor de que pudiera ser un zombie lo calló impidiéndole llamar a su amigo. Así dio unos pasos con cautela, arrastrando los vidrios con los pies para no clavárselos de ninguna manera inconveniente. Escondido detrás de una góndola que estaba repleta de elementos de limpieza, intentó observar a lo que parecía una figura humana. Se hallaba apostado contra la puerta de una nevera que en tiempos mejores hubiera resguardado con su frío un montón de helados para los niños más felices, pero que ahora ya solo contenía unos cuantos potes llenos de un barro cremoso y colorido. El sujeto allí presente no era nada más ni nada menos que un cuerpo inerte, pero había algo extraño en él. Su apariencia no era la de una de aquellas criaturas, tampoco faltaba ninguna de sus extremidades en signo de haber sido devorado, sin embargo presentaba una gran cantidad de agujeros en su cuerpo: había sido acribillado a balas.
—Pero… —Mark comenzaba a hacerse todo tipo de preguntas cuando se percató de que el contingente de caminantes estaba casi a sus espaldas. Un cuerpo con la mitad del rostro arrancado y convertido en jirones de carne se aproximaba curioso a asomarse por la misma ventana por la que los dos muchachos habían ingresado anteriormente. Sobresaltado por este hecho, y cargándose con el terror de ser visto, ya que aquel pasillo formado por las góndolas en el que se escondía era perfectamente visible desde el exterior; Mark saltó en un rol hacia el otro lado de la tienda procurando ser sigiloso, mas sin tener demasiado éxito en su labor al clavarse un pedacillo de vidrio que había conseguido volar hasta tan adentro del local.
Ahogó un grito de dolor, más por miedo que por valor, y se quedó allí estático, rezando una y otra vez que la aberración siguiera su camino. La primera pisada se oyó dentro de la tienda, lenta y torpemente la siguieron otras más. El cuerpo avanzaba y exploraba dentro del mercado, ignorante aún de la presencia del muchacho, quien enseguida recordó que su amigo debía estar allí dentro también. Jasón lo salvaría, su amigo siempre había estado ahí para ayudarlo, y fue entonces que lo vio, parado tras una puerta, completamente concentrado mirando al frente. Claro que su frente no era el frente al que Mark miraba, sino hacia algún lado perdido de aquella sala tras un mostrador, uno de aquellos cuartos reservados sólo para los empleados.
—¿Qué haces ahí parado, Jasón? Mírame, ven aquí, ¡mírame! —Chilló Mark en un susurro, intentando llamar a su amigo pero sin captar la atención del visitante que se aproximaba cada vez más a él.
El pelinegro no reaccionó, continuaba igual de compenetrado mirando al frente, duro como una estatua. ¿Qué demonios podía ser tan interesante como para ignorar así todo el peligro que el mundo actual representaba? Mark comenzó a gatear tan despacio que casi le parecía no hacerlo, estirando su cuello para acercarse a su amigo, a su salvación. Fue entonces que consiguió ver aquello que Jasón contemplaba tan concentrado, o mejor dicho, la razón por la que Jasón miraba algo tan concentrado. Un par de manos sostenían un revolver que apuntaba directamente a la cabeza de su mejor amigo, el marco de la puerta le impedía descubrir el resto.
Exigido por los gemidos que se acercaban por su espalda, no lo pensó y se apuró a aquel cuarto, se abalanzó dentro en una carrera y cerró la puerta tras de sí, sin importarle ya más el arma vista antes. Se quedó con la espalda pegada a la puerta mientras sentía los golpes que su corazón le daba como queja a tan atrevido impulso.
—¡¿Otro más?! —Apuntó una aguda voz que atrajo la atención del castaño. Una joven de una edad aproximada a la suya le apuntaba ahora a él —Este es mi lugar. No les dejaré tomar nada, ¿me oyeron? —Unos mechones de su negro y violeta cabello caían sobre su rostro, bastante pálido, sus labios de negro y las sombras en sus ojos le daban un aspecto temible. Vestida con una chaqueta de cuero y unos pantalones y botas del mismo material, completaba el juego que la convertía en estereotipo de chica rebelde.
Mark titubeó unos segundos al verla, entonces no pudo hacer más que decir aquello por lo que se había arriesgado a entrar allí —Están aquí, es una manada de esos muertos…
—¡¿Qué?! —Estalló la muchacha —¿Has traído a esas cosas a mi lugar? Te volaré la tapa de los sesos aquí y ahora, maldito bastardo.
—Cállate un momento —la silenció Jasón— si sigues elevando la voz atraerás a esas cosas, lo mismo si nos disparas.
La chica lo miró con odio.
—¿Qué deberíamos hacer? —Preguntó Lisa frustrada al ver cómo esa masa de cuerpos ambulantes cubría la entrada del local.
—Continuemos subiendo, en la azotea estaremos más seguros —propuso Agatha tomando a la chica por el hombro —no hay nada que podamos hacer nosotras desde aquí, ellos saldrán bien por su cuenta —acabó intentando convencerla sin demasiado éxito, pero con el suficiente como para que la muchacha asintiera.
Así comenzaron a subir piso por piso, procurando no hacer ningún ruido fuerte que atrajera a aquellas cosas, sin embargo su esfuerzo no duró mucho. El pequeño, que iba delante de las dos mujeres, trastabilló golpeándose contra uno de los caños que servían de baranda. El metal estaba viejo y oxidado, por lo que se partió y dejó caer uno de sus extremos al piso, resonando en un único ruido que quebró con la monotonía del lugar. Varios de aquellos seres se voltearon a examinar el sitio del que había provenido tan estrepitoso estruendo metálico, uno tras otro se aproximaron y reunieron debajo de las escaleras gritando como desquiciados e intentando inútilmente subir.
—¡Nos vieron! —Exclamó la castaña llena de pánico mientras Agatha auxiliaba al niño —Solo dos pisos más, ¡vamos! —alentó la mujer a los dos jóvenes —Tenemos suerte de que ellos no puedan… —Calló sus palabras y soltó un gemido de terror, un zombie estaba comenzando a trepar por las escaleras hacia el primer balcón.
¿Qué hacemos? —Mark miraba por una pequeña abertura en la puerta a los caminantes que inspeccionaban el lugar.
—¿No tienes más armas?— Inquirió Jasón a la chica allí presente que seguía mirándolo con rencor —No —respondió ésta, tajante, entonces pasó a observar al muchacho que espiaba por la puerta.
—Un momento… ¡Tú! —Señaló a Mark con enfado —Estás herido, ¡eso es sangre! ¡Está sangrando! —Acusó luego mirando a la herida que el chico se había hecho antes con un vidrio.
—¡Baja la voz, estúpida! —Volvió a reprocharla el mayor —Debemos tratarte, Mark, no puedes dejar esa herida así sin más, podrías empeorar…
—¡Es que no entiendes, maldito inútil! —Volvió al ataque la chica de negro —La sangre atrae a esos monstruos, ¡captarán su olor y vendrán a por él! Mierda, ¡ustedes destruyeron mi lugar! ¡Tengo que dejarlo todo porque trajeron a esas cosas aquí!
La mano de Mark se cerró en un puño temblante —Cállate de una vez —le dijo completamente tenso—, no sé si sea por mi sangre o porque te la has pasado gritando, pero varios de ellos están acercándose aquí, no tardarán en descubrirnos y forzar la puerta.
—¿Dónde hay otra salida? —Inquirió Jasón empuñando su bate una vez más.
Los tres llegaron finalmente a la terraza del edificio. Corrieron desesperados lo más lejos de las escaleras que pudieron, hasta la puerta de ingreso al edificio para poder esconderse del cuerpo que los perseguía, mas la puerta no se inmutó —¡Está cerrada! —Chilló Lisa entrando en pánico. Una mano con los huesos expuestos apareció por la escalera, seguida por una ensangrentada cabeza; ese zombie estaba finalmente allí.
—¡Alguien! ¡Ayúdenos! —Agatha buscó con la mirada en los demás edificios, por las calles cercanas, algún indicio de gente que pudiera socorrerlos, pero no encontró a nadie. Entre un espacio donde no había más edificaciones, a lo lejos, consiguió vislumbrar una mancha de humo casi extinto —Pareciera que algo se estrelló allí… —Entonces temió lo peor. No había ninguna ayuda en la ciudad, por lo menos ningún rescate había sido planeado por los militares hasta el momento, y de haberlo hecho, aquella ayuda allí se hallaba completamente aniquilada.
Si mal no recuerdo, para la siguiente ronda, o quizás la quinta, salía el primer cruce de hilos... y me fui a chequear mi siguiente parte y efectivamente figuran Cesc y su unidad. Así que sí, sé que mi entrega era la primera parte del cruce, por lo que de orden venimos bien. | |
| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Vie Abr 07, 2017 11:59 am | |
| DISCULPEN LA TARDANZA, no tengo excusa. Antes de actualizar comento. Yuske me acordaba cosas de este capítulo, más que nada que por primera vez Cesc y cia empezaban a entender donde se estaban metiendo no pudiendo salvar a los civiles, estoy ansioso por lo que viene!! Sobre tu pregunta, no creo que no es spoiler lo del pelo corto pero no me jugaría con mi memoria jaja, pero creo que en ningún momento se lo cortaba. Manto: No recordaba que tardara tanto en aparecer quien tu sabes (sabés a quien me refiero), lo estoy extrañando!!! Sobre tu comentario, eso es lo bueno de releer las cosas se entiende todo más fácil. Ahora si, paso a postear la continuación, tal vez la primer entrega "clave" donde arranca todo un poco. - DÍA 3 (o 2 y medio): :
Día 1, 23:03
- ¿Pero es que no saben disparar una de estas cosas?- preguntó con agresividad Reynald al mismo tiempo que tocaba el gatillo de la escopeta y segundos después el cuerpo de un zombi volaba destruido- ¡¡Mira que tener una escopeta y errar los tiros!!-.
- Sólo soy un vendedor de seguros, ¿Cómo quieres que sepa disparar ese tipo de arma?- la respuesta fue acompañado por los jadeos producidos un poco por el miedo y otro poco por la fatiga del momento.
- ¿Tú seguro cubre muerte por zombis?- con una sonrisa burlona en su rostro, el retirado militar mataba a las infernales criaturas con total naturalidad mientras se burlaba del empresario quien estaba a punto de tener un ataque al corazón producto de los nervios- Oye chico, dispárale a la cabeza estas desperdiciando muchas balas-.
Apuntando desde las ventanas que se comunicaban con los pasillos del resto de la iglesia los tres hombres disparaban intentando diezmar el batallón de zombis que habían invadido.
Las ventanas estaban elevadas, más cercanas al techo que al piso. Sin embargo bajo ellas había una especia de piso dispuesto probamente para la reparación de estas o para la fácil limpieza, gracias a eso habían podido usar las ventanas de manera que, con la puerta cerrada, pudieran despejar el camino sin tener que verse cara a cara con los zombis.
- Ya no quedan más a la vista, sin embargo esta oleada fue más agresiva que la anterior- dijo Elton, quien se encontraba en la ventana del lado opuesta al de los otros dos hombres- Oye Carena, ¿podrías acercarme las escaleras?, sin querer la dejé caer entre el tiroteo- le pidió a la chica, esta asintió y empezó a hacer lo pedido al mismo tiempo que la señora Lemacks hacía lo mismo en el lugar donde Reynald y Samuel disparaban- Tenemos que ver que haremos- agregó Elton una vez en el piso- Reynald, ¿puedes encargarte de vigilar?- preguntó.
- Déjamelo a mí, chico- aceptó mientras volvía su vista hacia el pasillo que conectaba el comedor con el resto de la iglesia, sino fuera por las ventanas que sobrepasaban la puerta, y les daban lugar para disparar y estar seguros, los zombis ya hubieran entrado a esa zona hace mucho.
- No podemos quedarnos mucho tiempo más aquí- comenzó la improvisada reunión Elton- La iglesia era un gran lugar para quedarnos, había comida y pensábamos que era impenetrable, sin embargo la situación actual nos obliga a tener que irnos y buscar otro lugar donde quedarnos.
- Es algo muy arriesgado, si salimos nada nos asegura que encontraremos un lugar mejor que este- le refutó Samuel Lemacks con el gesto característico que su rostro portaba- Yo opino que tenemos que quedarnos aquí, tenemos comida y podemos defendernos fácilmente disparando desde allí, además solo es cuestión de tiempo para que los militares vengan a rescatarnos.
- No tenemos balas ilimitadas Lemacks- le dijo Reynald desde la altura- a decir verdad que si no fuera por tu pésima puntería podríamos quedarnos unos días más aquí, sin embargo si las oleadas de zombis siguen como hasta ahora, no sobreviviremos a la siguiente- le espetó.
- ¿Estás diciendo que esta situación es por mi culpa?- le preguntó enojado al mismo tiempo que se paraba, rápidamente la señora Lemacks se levantó para intentar calmarlo- Antes que vengan ustedes todo estaba bien, fue cuando llegaron que lograron entrar los zombis- le recordó.
- No digas eso, si no hubiera sido por Reynald no hubiéramos sobrevivido en primer lugar- Elton hablaba pausadamente, con tranquilidad, a diferencia del resto no parecía afectarle la presión que tenían encima- Samuel, tenemos que irnos o moriremos- le volvió a decir.
- Si salimos de aquí moriremos de igual forma, yo opino que nos quedemos aquí y esperemos, pronto llegará la ayuda- repitió Samuel sin cambiar su opinión en lo más mínimo.
- No tenemos certezas que vendrán a ayudarnos, pero si que si los zombis vuelven a atacar moriremos, se que parece una locura salir de aquí a donde están todos ellos, sin embargo no hay otra opción- volvió a afirmar Elton, parecía que ninguno de los dos iba a ceder en su posición, situación que no terminaría llevándolos a ninguna parte.
- Si quieren salir a morirse no tengo problemas, pero ni yo ni mi esposa saldremos de aquí- replicó enojado, Elton suspiró con cansancio mientras que Reynald farfulló unos insultos contra él.
- Señor Lemacks- la tímida voz de Carena se alzó por primera vez desde iniciada la reunión- Si me permite decírselo creo que la peor decisión que podemos hacer es la de separarnos- opinó- si usted y su esposa se quedan solos aquí no podrán impedir…- la chica se detuvo para intentar ordenar sus ideas- no podrán impedir que esas cosas entren aquí- le dijo con tranquilidad- No es que diga que tiene mala puntería para disparar, solo digo que usted solo no podrá hacerlo y no creo que quiera que la señora Lemacks también se ponga a disparar.
Elton sonrió ante lo dicho por la chica, había puesto en un aprieto a Samuel.
- Bueno, para hacer esto un poco más democrático será mejor que votemos- dijo Elton, como si le estuviera haciendo un favor a su contrincante- ¿quién está a favor de quedarnos aquí a esperar ayuda?- preguntó, la manos de la pareja Lemacks se levantaron, aunque se podía ver en el rostro de Selena, la mujer de Samuel, que en realidad no pensaba eso- ¿Quién está a favor de abastecernos y buscar otro refugio?- su mano, la de Reynald y la de Carena se levantaron- perfecto, salimos en dos horas.
Día 2, 01:08
Tras la puerta del comedor el pequeño grupo alistaba sus pertenencias por última vez antes de la partida, intentando tener cubiertas todas las necesidades que pudieran tener en un futuro.
- No debemos llevar tanta comida, esto no durara mucho… tal vez en unas pocas horas el ejercito ya los haya matado a todos- opinó Samuel mientras sacaba de su mochila un envase de comida enlatada- Es mejor viajar más ligeros.
- ¿Sabes?, no tendrías que tenerle tanta fe al ejército- le contestó Reynald- De esta habitación yo soy el tipo que peor te cae, pues piensa en el ejército como una agrupación de tipos como yo, primero disparamos, luego disparamos- explicó con una sonrisa burlona- Sino nos matan los zombis nos mataran los soldados al vernos.
Samuel fulminó con su mirada al retirado militar y, mientras refunfuñaba insultos contra él, volvió a cargar la lata en su mochila ayudando a revisar la de su esposa.
- Reynald, deja de molestar a Lemacks y ven aquí- le pidió Elton con una leve sonrisa en su rostro, el joven permanecía sentado en una de las mesas mientras miraba un pequeño plano de la ciudad- ¿Qué opinas de esto?- preguntó mientras señalaba un camino con su dedo.
- ¿Por qué le preguntas a él y no a mi?- Samuel parecía bastante molesto, más que lo habitual. Su humor había empeorado cuando el grupo había decidido moverse de la iglesia y las continuas burlas de Reynald hacía él no ayudaban mucho en su humor.
- Es militar, si alguien sabe como cruzar un campo infestado de enemigos es él, además junto con Carena fueron los últimos en estar ahí afuera- se explicó de la manera más calmada posible, Samuel miró con desconfianza al retirado militar, sin embargo luego negó con su cabeza y siguió en lo suyo.
- Es imposible ir por allí, hasta ayer estaba completamente infestado- murmuró sabiendo que igualmente su voz sería escuchada por los presentes- Mierda… a decir verdad no me gustaría volver a las calles, pero no me atrevería a intentar recuperar la iglesia con la munición que nos queda- maldijo mientras revisaba el mapa, Carena lo miró sorprendida por el insulto, sin embargo no abrió su boca- Tal vez si salimos por la salida de emergencia de allí y sigamos por ese pasillo podremos llegar a ese vecindario- dijo señalando cada uno de los puntos mencionados en el mapa.
Elton miró el camino que Reynald había recomendado, él mismo había pedido su ayuda para planear la ruta de escape sin embargo no creía factible su idea.
- Tal vez tu, yo y Carena podríamos saltearnos a los que aparezcan ahí, pero no creo que Samuel o Selena puedan- dio su punto el joven- ¿Cuánta munición nos queda?- preguntó.
- Una escopeta tiene 5 cartuchos, la otra 2- contestó Samuel preocupado- y creo que la pistola tiene para más de una carga- agregó.
- Con Reynald tenemos cinco bajas aseguradas, creo que entre Samuel y yo podemos hacer caer otros dos- razonó Elton, en su interior pensaba que en realidad tal vez podían quitarse de encima a otro más si él pudiera usar la escopeta, sin embargo sabía que Samuel no la largaría- y aun nos queda el rifle, aunque siendo sincero no creo que nadie exceptuando a Reynald pueda usarlo.
- ¿no crees que podamos hacer un camino con siete de esas cosas menos?- preguntó Reynald confuso- Por dios con esta chica nos abrimos paso con más de una veintena de ellos corriéndonos los talones, son lentos podemos superarlos- expresó optimista.
- No, ese pasillo es muy angosto, no caben más de dos personas de ancho, tenemos que asegurarnos que frente a nosotros tengamos a siete de ellos, ni uno más o tal vez no lo lograremos- opinó.
- podríamos llamar su atención- por primera vez en mucho tiempo Carena había tomado la palabra, todas las miradas se fijaron rápidamente en la joven, sorprendidos por verla tomar la iniciativa- Quiero decir, al parecer el ruido los llama, si abriéramos la puerta de emergencia y al mismo tiempo tocáramos el campanario es probable que…- la joven se detuvo, nuevamente, pensando una forma de llamar a los zombis- los muertos entren a la iglesia guiados por el sonido, permanecemos escondidos en la habitación de al lado a la entrada y cuando pasan salimos.
- Podríamos atraer a más zombis, además el que toque la campana quedará rezagado del resto- le recordó Reynald - podría tener que enfrentarse a esas cosas él sólo- explicó; no era tonto sabía que él era el único capaz de hacer eso en ese grupo y no se arriesgaría a hacerlo por unos desconocidos.
- Sin embargo el grupo principal estaría a salvo- murmuró Samuel- podría funcionar…
- Es lo único que tenemos- opinó Elton sin quitar la vista del mapa- Es claro quien es el único que puede hacerlo- Reynald cerró su puño pensando en que hacer a continuación- Reynald tu iras el frente con la escopeta cargada- la idea del joven sorprendió al grupo entero- tras de ti irá Carena, cerrando la fila estará Samuel con la otra escopeta, por si hay algún rezagado- explicó dando ya por lógico el lugar que ocuparía la señora Lemacks.
Todos asintieron a la explicación del joven y cada uno se separó a hacer sus últimos preparativos. Samuel y Selena Lemacks empezaron a revisar los víveres restantes por si faltaba algo, Carena se encomendó a rezar, Reynald sólo revisaba las armas, incómodo. El único que parecía tranquilo era Elton quien sólo permanecía sentado silbando una melodía.
Día 2, 01:45
- Despejado- murmuró Reynald mientras revisaba uno de los tantos pasillos de la iglesia, desde hacía horas que los zombis habían logrado entrar a la iglesia y aunque no sabía exactamente como lo habían hecho sabían que había sido por la entrada principal del edificio. En ese momento mismo no había ninguno de los muertos vivientes deambulando por el sagrado edificio, sin embargo sabían que si intentaban volver a bloquear la entrada principal una horda de zombis los vería.
- Como me molesta tener que abandonar este lugar mientras no hay ni uno de ellos- opinó Samuel enojado, Elton opinaba lo mismo sin embargo entendía que el edificio, en ese momento estaba perdido.
- Lo recuperaremos- le intentó reconfortar Elton- Al menos con lo que vamos a hacer con la campana nos aseguraremos que nadie nos lo robe- quiso bromear, sin embargo nadie le siguió la ocurrencia.
El grupo siguió caminando en la dirección deseada, hasta que por fin, sin ningún incidente en su camino, llegaron a la salida de emergencias buscada. A pocos metros estaba la habitación que Carena había mencionado, donde el resto del grupo se escondería hasta que Elton llamara la atención de los monstruos liberando de esa manera el pasillo y permitiendo al grupo alcanzar uno de los vecindarios donde conseguirían una casa para refugiarse.
- Hey chico- la voz de Reynald llamó la atención de Elton logrando que se acercara a escucharlo, estando en un espacio más separado de Samuel y las mujeres- Escúchame bien, tan pronto como toques esa campana tienes que largarte, sin embargo no puedes salir por aquí, esto va a estar atestado de esas cosas- le advirtió- Aunque eso ya lo sabes, ¿no es cierto?- preguntó, Elton asintió con su cabeza.
- Intentaré llamar la atención para un lado de la iglesia, luego me largaré por el otro- le contestó- Si llego a la calle podré lograrlo, soy rápido y tengo balas, me las apañaré- intentó tranquilizarlo- Cuando pueda los buscaré- finalizó mientras se acercaba al resto del grupo- Oye Carena- le llamó a la chica- ¿Crees que puedas llevarme esto?, es demasiado grande como para llevarla a donde voy y además es mejor que ustedes la guarden- pidió el joven refiriéndose al viejo rifle que llevaba desde que les había permitido el paso a la iglesia.
- Claro que si- respondió la joven apremiante mientras tomaba el arma en cuestión, sin esperar usarla se la colgó en su espalda y volvió a fijar su atención en Elton- Si esto falla, ¿me odiaras por ser quien tuvo la idea?- preguntó preocupada.
- Si esto falla, no tendré tiempo ni para odiar- le contestó con una sonrisa aunque luego su gesto se puso más serio- pero en serio, si no logro volver asegúrate que Reynald y Samuel no se maten, a pesar de que parezca una persona que vive de mal humor Samuel no es un mal tipo, sólo lo conocieron en un mal momento.
- Lo prometo- dijo la joven- Aunque no puedes morir, esta es la segunda vez que salvas mi vida, tengo que pagártelo- dijo intentando sonar optimista- rezaré por ti- le prometió.
- Gracias- pronunció mientras se acercaba al matrimonio Lemacks- Samuel se que no dudaras en dispararle a cualquiera de esas cosas así que no te diré nada, mientras que a ti Selena, me encantaría una de tus tartas cuando llegue- le pidió, Samuel sólo asintió con su cabeza, no era un secreto para nadie que el hombre tenía devoción solo con su esposa, sin embargo había un respeto sobre el chico, producto de el tiempo que se conocían y lo que habían pasado en los últimos dos días.
- ¡¡Ohhh querido, no puedo creer que hagas algo como esto!!- dijo la mujer a punto de llegar a las lágrimas- Sí yo o Samuel fuéramos más rápidos, te juro que lo haríamos nosotros, no soporto ver como un chico tan joven como tú tenga que sacrificarse por unos adultos como nosotros- después de un largo abrazo la mujer lo soltó- Tú padre estaría orgulloso de ti- le susurró. Elton sólo asintió con su rostro y se alejó unos pasos al mismo tiempo que tomaba su pistola.
- Buena suerte- se despidió con un rostro totalmente calmado, como si no entendiera que él mismo se estaba metiendo en la boca del lobo y que sus oportunidades de sobrevivir eran nulas. Antes de desaparecer de la vista de los presentes se detuvo un segundo. Y luego giró a otro pasillo, desapareciendo.
Hubo unos segundos de absoluto silencio donde ni se oyó el aleteo de una mosca, sin embargo el momento fue abruptamente cortado por Reynald.
- Bien, ahora hagamos nuestra parte, ¡¡Ustedes entren a esa habitación!!, yo abriré la puerta de emergencia para que cuando suenen las campanas los zombis puedan entrar- ordenó, rápidamente todos le hicieron caso y al abrir levemente la puerta, Reynald entró a la habitación con el resto la cual en un instante se volvió a la oscuridad.
Los segundos empezaron a parecer horas en la oscura habitación, aunque todos estaban allí físicamente en espíritu todos estaban más concentrados en la travesía de Elton.
- ¿Estas bien linda?- le preguntó la señora Lemacks a Carena, ambas estaban juntas esperando la señal para movilizarse, sin embargo eran las que más parecían estar pensando en Elton.
- Si, sólo que todavía no me acostumbro a todo esto- admitió- Me gustaría saber cual es el motivo que Dios nos pone este obstáculo en nuestro camino- le explicó mientras se aferraba al rifle que le acaban de dar.
- ¿Sabes?, ese rifle era de su padre- le contó con una sonrisa melancólica en su rostro- desde que empezó esta locura nunca se soltó de esa arma, debía confiar en ti más que en nadie de esta sala- Carena miró sorprendida el arma, ella nunca se le había ocurrido que tuviera un enlace sentimental con Elton. Ahora parecía más importante que antes cuidarla y mantenerla a salvo hasta que regresara.
- Regresará- murmuró Carena, Selena sólo asintió con su rostro.
- Claro que lo hará, ese chico no era un blandito, tiene las pelotas bien puesta- contestó Reynald con seguridad, iba a continuar con la charla cuando el sonido de las campanas chocar empezó a sonar en todo el edificio- ¿Qué les dije?- murmuró contento mientras que se agazapa acercándose a la puerta.
- ¿Cómo sabremos que podemos salir?- preguntó Samuel con su característico mal humor.
- Si cierras tu boca y me dejas escuchar lo que pasa en el pasillo te lo diré- le contestó Reynald mordaz. Samuel quiso objetar sin embargo un gesto de su mujer fue suficiente para que se calmara.
El ruido de un lento caminar de unos cuantos cuerpos sonó tras el otro lado de la puerta que Reynald vigilaba, pasaron unos segundos de completo silencio, lo que le dieron la suficiente certeza que todos los zombis del callejón habrían entrado y que si se había quedado alguno no se movería por más ruido que la campana hiciera.
- ¡¡Vamos tenemos que movernos!!¡¡Ya!!- gritó Reynald teniendo el retumbar de las campanadas como eco de su voz, con precisión todo el grupo salió encabezados por el retirado militar y concluidos por el vendedor de seguros. Al abrir la puerta pudieron observar como una decena de zombis seguía el camino de donde provenía el ruido de las campanadas, el cual al mismo tiempo servía como distracción para sus acciones.
Rápidamente Reynald abrió la puerta sin embargo cuando estaba a punto de salir de allí algo lo detuvo. El sonido de tres disparos consecutivos fue lo que llamó la atención del grupo, todos inevitablemente giraron su cabeza por donde Elton se había ido, presagiando en sus mentes los horrores que el joven estaría pasando.
- Tenemos que continuar- ordenó Reynald con esfuerzo, sabía que si Elton había recurrido a usar su pistola es que la cosa pintaba muy mal para el joven- Vamos- gritó, justo en el momento que el resto de su grupo parecía reaccionar unos desgarrantes gritos sonaron al mismo tiempo que las campanas cesaron de sonar.
- Nooo- murmuró Carena mientras las lágrimas caían de su rostro, la joven estaba aterrada- Tenemos que volver, tenemos que…- su voz no pudo salir y sólo sus sollozos sonaron.
- No podemos dejarlo morir así- insistió Selena, las cosas no estaba yendo nada bien ya que al mismo tiempo Reynald, quien era el único que había salido hasta ahora de la iglesia se había encontrado con que todavía había más de cinco muertos vivientes en el callejón.
- Continuamos- ordenó Samuel, a pesar de la decisión que tomaba se podía ver en su rostro que no estaba contento de abandonar al chico, sin embargo su prioridad era salvar al resto del grupo- Vamos ya o el chico se habrá sacrificado por nada- gritó haciendo reaccionar a las dos mujeres del grupo.
El sonido de cuatro disparos fue lo que ocurrió al mismo tiempo que el resto del grupo salía, con gran habilidad Reynald había acabado con los zombis que aún pese al ruido provocado por las campanadas no habían entrado a la iglesia.
- Bien hecho Lemacks- le elogió el haber sacado a las dos mujeres de la iglesia- Pronto vendrán más por el ruido de los disparos, tenemos que salir de aquí- aclaró mientras encabezaba la caravana.
El grupo corrió por el callejón hasta salir a una de las calles, allí más de quince zombis la poblaban interesados por el sonido de los disparos. Sin embargo el espacio era grande y los cuatro pudieron continuar sin necesidad de disparar.
- Tenemos que alejarnos de la calle- le gritó Samuel a Reynald, este asintió y dobló en una esquina, llevando al grupo a una calle cerrada la cual tenía por lo menos ocho casas rodeando el gran circulo que conformaba el final de la calle. Tras las casas había un gran puente y tras él iniciaba una gran zona de rascacielos.
Reynald salió de la calle y entrando por un camino lateral llegó a uno de los jardines, sin embargo su ingreso estaba vedado por un enrejado tan alto que impedía saltarlo fácilmente. El único ingreso posible parecía ser una puerta trasera, sin embargo esta también estaba cerrada.
- ¡¡Nos trajiste a un callejón sin salida maldito idiota!!- gritó enfurecido Samuel mientras se giraba sobre sus pasos y se preparaba para defenderse de los zombis que los estaban siguiendo.
- Claro que no- le contestó Reynald mientras sacaba una llave de su bolsillo. Con un pequeño “clic” el picaporte se movió y la puerta se abrió, permitiendo el ingreso de todo el grupo, ante la vista de una decena de zombis que veían como sus presas escapaban con lo justo. El retirado militar se acercó a la puerta trasera de la casa y con otro juego de llaves, las cuales permanecían junto con las del jardín, abrió la puerta del hogar- Vamos entren antes de que sigan llamando la atención de esas cosas- les ordenó, ninguno dudó en ingresar.
- No puedo creer que lo lográramos- murmuró Samuel todavía agitado, a su lado Selena también jadeaba aunque se la veía en mejor estado que a su esposo. Carena parecía bien físicamente sin embargo su semblante sombrío prohibía olvidar el precio que había costado llegar a salvo.
- No todos lo logramos- murmuró la joven con voz seria antes de sentarse de cuclillas en un rincón mientras sostenía con fuerza el rifle que Elton le había confiado. Todas las miradas de la habitación se concentraron en la más joven del grupo recordándoles que no se podía festejar su éxito en la misión.
- Él chico sabía a lo que se enfrentaba- murmuró Reynald con un gesto enojado- sin embargo ustedes no, casi hacen que nos maten ahí atrás- su voz no era severa pero no dejaba lugar a réplicas- casi hacen que el chico muriera por nada- volvió a decir, aunque esta vez en un tono mucho más bajo, casi como si estuviera hablando con él mismo.
- No puedes culparlas- se quejó Samuel enojado- No son soldados, no puedes pedirle que piensen fríamente- le recordó.
- Pues tienen que empezar a convertirse en soldados, porque esto es la guerra más cruel que haya existido y ustedes están en la primera fila- explicó, luego subió las escaleras dirigiéndose al segundo piso, dejando a Carena y compañía con unas cuantas cosas en que pensar.
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| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Dom Abr 09, 2017 2:22 am | |
| Este capítulo sí que me lo acordaba bastante bien, será el impacto que causó el fin de Elton. Lo que me dio que pensar esta vez, que ni me lo había cuestionado antes, es la actitud de Elton. ¿Cómo se mantiene tan calmado en semejante situación? Debe haber pasado grandes presiones en su vida...
Si mal no recuerdo, dentro de un par de entregas aparecía Abdou, ¿no? Jojo, ese sí era un groso!
P.D: trato de hacer memoria pero no, no sé a quién te referís que tarda en aparecer xD El único que me viene a la mente es Gene, pero no creo que lo recuerden tanto jaja
Edito: Había chequeado ya mi sigueinte entrega y flasheé que era la que había subido, por lo que tenía en mente que ya sabemos quién ya había aparecido y te referáis a otro personaje... en fin, sí, ya sé a quién te referías xD
Última edición por Manto el Jue Abr 13, 2017 2:48 pm, editado 1 vez | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Jue Abr 13, 2017 2:31 pm | |
| Pues ya me leí las entregas. Manto creo que yo saber a quien se refiere Iza aunque igual me equivoco . Creo que me di cuenta de algunas cosas diferentes en tu hilo, mas que nada al subir la escalera. De Iza, con forme fui leyendo recordaba algunas cosas de esta entrega sobre todo la manera de reynald de meterse con samuel xD. lo de Elton... primero su desaparicion me causa una vació tipo, no pudo terminar asi como asi. Y ya que lo menciono manto yo tampoco me habia parado a preguntarme por la calma del personaje en la situacion. lo primero que se me viene es que tiene demasiada experiencia en "simuladores" RE,SH,HOD, PE.. pero la teoria loca que realmente pienso es que quiza él, o mejor dicho el padre de elton... quiza tenga relacion con lo acontecido, es especulativo esto claro. - manto escribió:
- Si mal no recuerdo, para la siguiente ronda, o quizás la quinta, salía el primer cruce de hilos... y me fui a chequear mi siguiente parte y efectivamente figuran Cesc y su unidad.
Tras leer eso fui a revisar lo mio para cotejar y me di cuenta de que la siguiente parte de mi entrega después de la programada para hoy no tiene al grupo de manto, si no que hay otra bastante movida en la que apenas van a llegar a la zona...saben lo que eso significa, si doble entrega de yus para revolvernos mas adelante xD Disfrutenlo(?) PD: ¿alguien extraño a cid? - Cid Pêmie:
Día 1 del mes 1 del año 0 D.Z. 10:00 am. Ubicada la mayor parte de la ciudad en un valle formado entre dos cadenas montañosas, la ciudad de St. Christine, solía gozar de un clima templado a cálido, con largos días soleados, cielos tintados de un celeste pálido, adornados por nubes pasajeras que acariciaban traviesas las partes altas de las montañas, las cuales durante la mayoría del año mostraban una tonalidad verde llena de vida en los bosques que las revestían. Diversos arroyos bajaban por ellas hasta unirse en un único cause que corría dividiendo la ciudad y cuya desembocadura daba a un lago extenso el cual fue aprovechado para la creación de una presa y a su vez planta hidroeléctrica.
Hoy, aquella imagen panorámica orgullo e identidad de los habitantes de la autoproclamada ciudad del esplendor humano, se vestía de nubes grises que cubrían medianamente el cielo, siendo solo unos pocos rayos de sol los que lograban colarse hasta tocar el asfalto de las calles desvelando un nuevo día. Un día en el cual ya nada era igual.
Tras la inquietante madrugada en la que presenciaron cosas que jamás hubieran creído, mucho menos llegaran creer posibles, la unidad de Cesc se desplazaba por una avenida prácticamente abandonada a bordo de una camioneta. Lucían cansados y cabizbajos, desde que habían llegado solo habían podido ver la muerte sin poder hacer nada. Esto era justo como la guerra, quizás peor.
Dentro de la cabina Cesc cambiaba las estaciones de la radio sin encontrar nada más que estática en este. Rubén, quien conducía, no apartaba su vista del frente, pues había vehículos abandonados a lo largo del camino a los que había que esquivar, así como para asegurarse de pasarles por encima a aquellas criaturas que aparecían repentinamente, mientras que por su parte Isis viajaba junto a la ventana, viendo a través de ella y disfrutando como el aire le golpeaba en la cara. En la caja de la camioneta se encontraban Thiago y Osiris, quienes trataban de localizar el lugar donde había caído el helicóptero. No debía de estar muy lejos.
Sucio y desharrapado, con un andar lastimero y manchado de sangre, la figura de un hombre apareció por debajo de un paso a desnivel, tratando de cruzar la lateral de la avenida hacia la acera. Rubén visualizo al hombre y sin pensarlo dos veces aceleró dispuesto a pasarle por encima.
El ruido del motor llamó su atención, y aquel hombre volteo encontrándose con la camioneta que iba directo hacia él, alzo los brazos y los movió de lado a lado pero se percató de que no serviría de nada, por lo que se apresuró a saltar hacia a un lado eludiendo por poco la camioneta. Rubén, sorprendido ante los reflejos mostrados por aquel ser, freno en seco al tiempo que Thiago y Osiris le gritaban que se detuviera desde la caja. La camioneta detuvo su marcha y el francotirador junto con el ingeniero bajaron de ella y corrieron los poco más de cinco metros de distancia que había de donde se detuvo el vehículo hasta el hombre.
-¿Te encuentras bien?- Inquirió Osiris.
-Sí, pero estaría mejor si no me apuntara con eso-Respondió el hombre desde el suelo al notar como Thiago le apuntaba como medida de precaución.
El resto del escuadrón llegó segundos después y contemplaron al sujeto.
-Lo siento amigo, creí que eras una de esas cosas – Se disculpó Rubén.
-¡Nah! Descuida, estoy consciente de mí aspecto yo hubiera hecho lo mismo- Dijo mientras se ponía de pie.
Francesc lo miro detenidamente, su pierna izquierda estaba herida, pero no parecía haber sido mordida, más bien como si se hubiera rasgado con algo. Su camisa a cuadros tenia tirones y algunas rupturas irregulares, lo que indicaba que se había atorado, la sangre en su ropa no parecía ser de él era como si hubiera sido salpicado o caído sobre ella, quizás ambas. Además de la herida en su pierna tenia algunos raspones en las manos y la cara.
-Parece que tú has tenido una noche aún más agitada que nosotros- Dijo el líder.
-Podría apostarlo-Respondió- No tengo nada ni remotamente parecido a un arma, lo único que podía hacer era correr, me sorprende estar aún con vida.
-Los cortes de tu pierna… son rectos, ¿Cómo te los has hecho?- Hablo Rubén quien examinaba sus heridas.
-Fue un gato.- Dijo.
-¿Un gato?- Repitieron Thiago e Iris extrañados.
-Sí, uno bastante grande, sucio y malhumorado. Al principio creí que estaba solo y asustado como yo sobre un muro, pero cuando quise bajarlo y vi sus ojos en blancos y llenos de sangre me di cuenta de que fue una mala idea acercármele. El desgraciado se lanzó sobre mi pero lo sujete y arroje al piso, trato de trepar por mi pierna más le patee, fue cuando me hizo los rasguños. Para mi mala suerte golpeo con unos botes de basura, de esos de aluminio e hizo un escándalo… por no mencionar el grito que dio. Eso hizo salir a más de esos pobres desgraciados y tuve que correr, trate de saltar una reja y mi camisa se atoró. Y al desatorarme caí de cara en un rastro de sangre. En todo caso, encontrarse con un gato ese estado significa…
-Que sea lo que sea lo que convierte a las personas también afecta a los animales-Se adelantó a decir Osiris con un aire pensativo.
-Exacto. Espero que esto no haya llegado a los animales del zoológico, no me gustaría encontrarme con un elefante zombi- Agregó
-Supongo que eso no fue esta mañana ¿A dónde te dirigías? – Le preguntó Francesc.
-Vi que un helicóptero cayó, iba hacia allá esperando encontrarme con algunos militares…veo que hice bien puesto que aún no he llegado y ya me he topado con ustedes, ¿También iban hacia allá cierto?
Francesc afirmo con la cabeza. El hombre sonrío complacido y hablo una vez más.
-Entonces, luego de revisar el lugar del accidente, ¿Podrían sacarme de aquí?
-No- Respondió Francesc desconcertando al hombre – Tenemos otro tipo de misión, no somos un escuadrón de rescate, vamos hacia el helicóptero porque cayo cuando se suponía que debía recogernos para trasladarnos a otro sector, queremos saber que paso con nuestros compañeros, luego de eso reanudaremos nuestra misión.
-Entiendo- Dijo el hombre con una expresión resignada.
-Sin embargo- Agrego Cesc- Puedes acompañarnos por lo menos hasta que nos encontremos con una unidad que pueda sacarte.
-Eso es mejor que vagar por ahí solo con todas esas cosas- Dijo aceptando las propuesta - ¿Puedo tener un arma? – Agrego preguntando casi como un niño pidiendo una mascota.
-No.
Regresaron a la camioneta y reanudaron su marcha. Mientras que el hombre viajaba en la caja junto con Thiago y Osiris en la Cabina Cesc e Isis debatían sobre el hombre.
-¿Por qué le has dejado venir?-Inquirió Isis a su líder.
-No se puede escapar de esas criaturas solo corriendo, tu misma lo has visto- Respondió Cesc - No a menos que conozcas bien el entorno. Si lo que nos dijo es verdad que él conoce esta zona como la palma de su mano o al menos mucho mejor que nosotros y nos ayudara a orientarnos.
-Pero… ¿No te parece algo sospechoso?, Quiero decir no parece alguien confiable. Eso de haber sobrevivido sin ningún tipo de arma me parece mentira, sería algo imposible- Dijo eso ultimo recordando lo vivido la noche anterior- Además, la forma en la que te pidió un arma… ¿Acaso soy la única a quien le da mala espina?
-Creo que estas algo paranoica Iz- Comentó Rubén.
-Yo creo que el remordimiento por casi atropellarlo te nubla el juicio.- Se apresuró a responder la chica - Quizás hubiera sido mejor que lo hayas hecho.
-Eso que dices no es nada bueno- Dijo el médico.
-Es lo que siento- Sentenció la chica.
Mientras tanto sentados en la caja del vehículo Thiago y Osiris charlaban amenamente con el hombre sin descuidar su búsqueda del helicóptero.
-Y a todo esto – Dijo Osiris luego de recuperar el aliento a causa de la risa provocada por un buen chiste- ¿Cómo te llamas?
-Mi nombre les parecerá algo extraño ya que mis padres no son de este país – Comentó el individuo. – Cid Pêmie es mi nombre pero pueden decirme solo Cid.
-Como tú digas “solo Cid”- Bromeó Thiago
Después de unos minutos Rubén condujo la camioneta hacia una estación de servicio al percatarse que el tanque estaba casi vacío. Al llegar a la estación todos bajaron, dispuestos a estirarse un poco. Fue entonces cuando Thiago vio la figura de un hombre por la calle que entraba a una colonia.
-¡Alto ahí!- Grito Thiago sorprendiéndole- Identifícate- Ordeno.
Por un momento le pareció que aquel individuo respondería pero luego vio como si hubiera sido jalado hacia un callejón.
-¡Hey responde!- Volvió a gritar Thiago y trato de ir hacia el pero Isis se lo impidió y le tapo la boca.
-No hagas tanto ruido idiota, si hay de esas cosas cerca les atraerás- Le reprochó por sus gritos.
-Pero ahí hay una persona- Dijo.
-Lo más probable es que solo se trate de una de esas criaturas. Tenemos suerte si solo es una.
-Pero entonces por qué… me pareció ver que…
-Olvídale. El Tanque está casi lleno, volvamos a la camioneta.
Thiago lanóo una mirada hacia donde creyó ver aquel sujeto, encontrándose con la calle vacía salvo por algunos autos abandonados. Resignado, obedeció a Isis y regreso con ella a la camioneta.
Poco después volvieron a la avenida, sin embargo no tardaron mucho en volver a abandonarla para internarse en una zona residencial. Recorrieron las calles en busca de una que les permitiera llegar hasta donde el helicóptero había caído, no obstante no obtuvieron mucho éxito.
-¿Qué también conoces esta zona? – Pregunto Cesc a Pêmie.
-Lo suficiente como para entrar y salir de esta colonia- Dijo- Mi novia vivía dos barrios más atrás, cerca de donde me encontraron. Solíamos venir a cenar a un restaurante que esta por acá- Agrego a modo de justificación.
-¿Sabes cómo llegar hasta allá?- Inquirió Cesc señalando el aparente lugar del impacto.
-Sí. Hay que ir derecho tres calles más, doblar a la izquierda, avanzar dos calles, y girar de nuevo a la izquierda, seguir por tres calles más y a la derecha. Deberíamos salir a la plaza del barrio. – Indicó.
Cesc pareció repasar mentalmente la ruta planteada y después afirmo con un movimiento de cabeza antes de volver a entrar a la cabina y decirle a Rubén el camino a seguir.
-Oye Cid – Dijo Thiago - ¿Qué fue de tu novia? – pregunto mientras la camioneta se ponía en marcha de nuevo.
-Preferiría no hablar de eso- Respondió el hombre con un semblante serio y de profunda tristeza que le indico a Thiago que había metido la pata.
Durante el resto del camino se encontraron con algunos zombies, los cuales fueron arrollados sin piedad por Rubén, lo que le hizo pensar a Cid que él pudo haber salido volando de esa manera.
Al llegar una mezcla de sorpresa y horror se apoderó de ellos, aunque sus rostros no lo reflejaban, exceptuando el de Cid. La impresión que daba el impacto era espeluznante, y no era para menos, el helicóptero había derribado árboles, postes de iluminación y de corriente y se había estrellado contra el kiosco de la plaza, las hélices estaban destrozadas y había partes de ellas regadas por el suelo, la cola del helicóptero estaba casi desprendida, en cualquier momento podría separarse por completo del resto de la aeronave. Incluso había señales de un incendio que se extinguió no hace mucho, así como del impacto con algún edificio antes de golpear el kiosco.
Bajaron de la camioneta y se acercaron al vehículo encontrando cada vez más fragmentos de vidrio, fierros retorcidos y desprendidos con forme se acercaban.
-A simple vista… no parece que los motores, las hélices o el rotor de la cola hayan sufrido daños- Dijo el ingeniero- Antes del choque quiero decir- Se apresuró a añadir.
-¿Entonces porque cayó?- Inquirió Rubén.
-Habría que revisar la consola, aunque un error humano no puede ser descartado aún- Comentó Osiris.
Cesc, junto con Osiris, Isis y Rubén entraron en lo que quedaba de la aeronave mientras que Thiago se quedó fuera vigilante junto con Cid.
El interior estaba hecho un desastre, había sangre y apestaba a humo y a carne quemada. Osiris hecho un vistazo a la destrozada y chamuscada consola de navegación, no podría decir si el incendio fue por un corto circuito antes del choque o si se había quemado por la explosión después de este. Examinaron al piloto, pese a estar quemado podía verse como alguien le había mordido en el cuello.
-¡Hay unos pies bajo el helicóptero!- Grito Cid desde afuera.
La declaración del civil les hacía preguntarse a los militares si había pasajeros en la aeronave cuando cayó o si solo se trataba de alguien con mala suerte… pero de ser la primera opción ¿Acaso se trataría de civiles? ¿Quizás se trataban de esas cosas? Dentro de la cabina Rubén paso su atención al copiloto, lucia menos quemado, pero igual de herido que el piloto, como si lo hubieran mordido. El médico trato de tomar la placa del copiloto pero este soltó un gruñido e hizo por lanzarse contra Rubén, sin embargo le fue impedido por las correas de seguridad que le ataban a su asiento. El médico retrocedió un paso al momento que Isis le disparaba al copiloto en la cabeza neutralizándolo. El ruido de lo acontecido hizo que Thiago y Cid entraran en la aeronave para revisar que había pasado.
-Se convirtió en uno de ellos – Dijo Rubén asombrado.
-Justo como la chica- Señalo Osiris al recordar la a la chica que fue mordida frente a los ojos de la unidad.
Tras unos momentos de silencio concluyeron que lo que había pasado fue que el piloto y el copiloto recogieron a unos civiles infectados, quienes les atacaron mientras volaban y perdiendo así el control de la aeronave que termino por despoblarse. Luego de eso los militares comenzaron a tomar las municiones que había aun, así como algunos kits de primeros auxilios, sin prestar atención alguna a cid, quien había tomado un objeto sin que nadie lo viese guardándolo para sí mismo.
- BLACK WOLF ELITE COMMAND:
El viento golpeaba el rostro de Cid quien viajaba en la caja de la camioneta junto con Thiago y Osiris. Su expresión era relajada, más propia de alguien que disfrutaba de paseo por la ciudad que a la de alguien que viajaba con militares buscando mantener su vida a salvo. Por su parte Thiago se encontraba recargado de espaldas contra la cabina del vehículo, observando la catástrofe que habían dejado atrás, pero que sin duda, encontrarían de nueva cuenta más adelante. Mientras tanto Osiris luchaba inútilmente con su radio tratando de comunicarse con el cuartel general o con alguno de los campamentos, más la única respuesta que lograba recibir era el sonido de la estática.
Habían pasado cerca de d dos hora, pese a que los mapas indicaban que no debían de tardar más de 20 minutos en llegar al centro de la ciudad se habían demorado más de lo planeado debido a la presencia de grupos de caminantes y autobuses volcados o atravesados en el camino, los cuales les habían obligado a dar rodeos, algunos demasiado largos.
La camioneta frenó de golpe haciendo que quienes viajaban en la caja resbalaran por ella golpeándose entre ellos. Osiris fue el primero en incorporarse y bajo de la caja mientras se escuchaban como las puertas de la cabina se abrían y se volvían a cerrar.
-¿Otro bloqueo?- Inquirió el ingeniero militar.
-Sí. – Se le escucho responder a Isis.
Thiago y Cid bajaron de la caja y posaron su vista hacia el frente. Una cadena de vehículos colisionados se encontraba allí, había por lo menos un par de autobuses, tres autos, uno de ellos completamente volteado y una camioneta volcada sobre un costado.
-La próxima salida se encuentra 300 metros más adelante, por lo que no podremos dar un rodeo esta vez- Dijo Osiris después de ver el mapa.
-Entonces tendremos que seguir a pie. – Declaró Cesc
-O podríamos derribar una sección del muro de contención y continuar por el otro lado de la avenida- sugirió Thiago señalando considerable barrera divisoria de concreto que separaba el sentido de circulación del a avenida.
-¿Con nuestras balas? Eso solo sería desperdiciar munición- Dijo Isis.
-¿Y si usamos granadas?
-No. Igual haríamos tanto ruido que seguro llamamos la atención de esas cosas. –Descartó Rubén.
-Entonces qué tal si lo atravesamos con la camioneta- Sugirió esta vez Cid.
-Podríamos, pero probablemente dañaríamos transmisión de la camioneta por lo que de todas formas tendríamos que seguir a pie - Señaló Osiris.
Luego de eso el silencio se ciñó entre ellos, cada quien concentrándose en sus propios pensamientos. Cesc se giró hacía donde continúala la bloqueada avenida, dándole la espalda a sus compañeros. Lucia preocupado, la situación no le agradaba en lo más mínimo, esas cosas podrían aparecer en cualquier momento y no estaba seguro de que pudieran eludirlas al ir a pie. Por primera vez desde que era líder de ese escuadrón se preguntaba si realmente valía la pena arriesgar las vidas de sus hombres por completar la misión. Pero de igual forma sabía que no podía abandonar a los civiles, los cuales se suponía que debía proteger. Se encontraba, sin duda, en una encrucijada.
-Sé lo que estás pensando- Le hablo Rubén parándose junto a él- En una situación normal de guerra te diría que no, que lo mejor sería retroceder, volver a la base, pedir instrucciones o esperar por refuerzos. Pero esto no es una guerra, no se trata de matar, de conquistar o defender, esto se trata de sobrevivir, por lo que si lo vale. Si vale la pena continuar la misión, con la energía eléctrica restaurada los civiles tendrán más posibilidades de sobrevivir, los sistemas de seguridad volverán a funcionar, muchas vidas podrían salvarse.
Cesc dirigió su mirada hacia sus compañeros, sabía que lo que Rubén había dicho era cierto, sin embargo seguía rehusándose a la idea de arriesgar la vida de los demás.
-¿Todos piensan igual?- Pregunto Cesc.
-Somos los Black Wolf Elite Command, nunca retrocedemos, jamás abandonamos y siempre terminamos nuestras misiones - Dijo Thiago con una sonrisa en el rostro mientras sus compañeros asentían con la cabeza. – Ya deberías saberlo.
Francesc sonrió complacido por la voluntad y entrega de su escuadrón, pero antes de que pudiera decir algo una tos forzada y falsa llamo la atención de los militares quienes voltearon a ver a Cid.
-Solo quiero que sepan que les ayudare tanto como me sea posible, incluso si tengo que poner mi vida en la línea.
-No digas ridiculeces- Dijo Rubén.
Tras tomar su equipo y provisiones de la camioneta reanudaron su marcha hacia el centro de la ciudad a pie, avanzaban en una nueva formación con Cesc en punta y un paso atrás a su derecha se encontraba Isis mientras que a su izquierda Rubén, detrás de ellos iban Osiris y Thiago, siendo Cid, el civil, quien se situaba en medio de todos.
Sus pasos eran lentos y precavidos, todos y cada uno de ellos estaban atentos a lo que había a su alrededor, pues ninguno deseaba ser sorprendido por aquellas criaturas. No obstante su avance era complicado, con cada metro que recorrían se veían obligados a sortear automóviles abandonados, que obstruían la avenida y a medida que avanzaban más automóviles encontraban.
Paso cerca de un cuarto hora antes de que se toparan con algún zombie, sin embargo no lo confrontaron, no valía la pena hacer tanto ruido por uno solo. No obstante la situación cambio veinte minutos después, cuando un grupo de entre 15 y 20 zombies aparecieron frente a ellos sin darles espacio alguno para avanzar por lo que se vieron obligados a batirse con ellos. Luego de unos segundos el ruido de los disparos cesó, los zombies, totalmente abatidos yacían el piso y Cesc junto con los demás reanudaron su marcha. Tras media hora más tarde en la que eludieron algunos zombies solitarios más y se enfrentaron con dos grupos levemente considerables de los mismos, llegaron a la calle principal del centro.
El panorama no les resultaba para nada alentador. Manchas de sangre cubrían no solo el suelo, sino también los autos, las farolas y las fachadas de los edificios. Fragmentos de cristales rotos se encontraban esparcidos por todos lados, prendas raídas y zapatos que quedaron atrás en una huida desesperada, siendo lo más repulsivo los miembros regados por las calles, extremidades humanas roídas o a medio comer pero lo más horrible eran los cadáveres, la mayoría estaban abiertos y les habían arrancado los órganos.
A Osiris se le revolvió el estómago, pero pudo contener sus nauseas. Por su parte cid vomito completamente asqueado.
-Esto es lo más asqueroso que he visto hasta el momento- Comento Pêmie tras recuperar la compostura.
-Si quieres puedes irte, no tienes por qué estar aquí- Dijo Isis con desdén.
-Sí, gracias por recordármelo, pero permaneceré con ustedes un poco más- Respondió Cid.
Caminaron cautelosos por las calles aparentemente desiertas, no había indicios de supervivientes, nadie que gritara por ayuda. De vez en cuando se detenían dentro de algunas tiendas, sin embargo, en la mayoría no había señales de personas… al menos no con vida. Era evidente que no fue fácil sobrevivir a la noche.
Siguieron moviéndose, entrando a comercios en busca de supervivientes, sin embargo no encontraban más que cadáveres a medio comer y zombies. Llegaron a una zona residencial, de edificios departamentales, entraron a uno de ellos sin la esperanza de encontrar nada, ya que la entrada estaba manchada de sangre y la puerta derrumbada. Dentro, cerca de las escaleras vieron el cuerpo de un perro de tamaño considerable completamente inmóvil con heridas de bala en el cuerpo. A la derecha estaba una puerta más derribada, dentro se encontraba un par de zombies inertes con sendos orificios de bala en la cabeza y un poco más allá, cerca del rincón de la habitación, el cadáver de un hombre mayor devorado en gran medida.
Cid camino hasta él y lo examinó con horror, pese a eso se puso en cuclillas y estiro un poco el brazo, logrando alcanzar un objeto plateado el cual resultó ser un arma. Pêmie se incorporó con la mirada fija en la pistola, observándola minuciosamente pese a que sabía que Cesc lo observaba no se molestó en ocultar la ilusión que le hacía tener el arma en sus manos. Abrió la cámara de las balas y dejo caer 6 casquillos percutidos que tintinearon al tocar el suelo.
-Como lo imaginaba- Murmuro para sí sin que los demás lo oyeran.
-¿Qué haces idiota? – Dijo Isis - ¿Por qué dejaste caer los casquillos al suelo? Nos van a oír.
-¡Ups! Lo olvide. Mis disculpas- Dijo Pêmie.
-Serás…
-Silencio- Ordenó Cesc interrumpiendo a Isis.
Los seis guardaron silencio y se quedaron inmóviles, escuchando con atención. Pronto lograron captarlo, el gemido era débil pero se intensificaba, era señal de que se dirigía hacia ellos, poco después el ruido de unos pasos se hizo presente, eran pasos irregulares, pero no debía ser más de uno, sin embargo, sabían que dentro de poco se escucharían más.
Se apresuraron a salir de la habitación deteniéndose frente a las escaleras, por donde bajaba una de esas criaturas lo que no debería ser problema de no ser porque por la puerta que estaba bajo las escaleras había entraron poco más de media docena de zombis, Thiago se giró hacia la entrada del edificio solo para encontrarse con tres zombis más a menos de un metro de distancia. Sin otra opción más que la confrontación Cesc ordeno abrir fuego. Los soldados apuntaron a los zombis, incluso Cid, pero al recordar que no tenía balas bajo el arma con una expresión de vergüenza.
Los disparos resonaron en el aire produciendo un ruido ensordecedor, sin embargo mientras disparaban Cesc se preguntaba como el sutil tintineo de unos casquillos había alertado a tantos zombies de su presencia, ¿O es que acaso había sido algo más? Sabía que era ridículo, pero la idea de que habían caído en una trampa no salía de su mente.
Los zombis cayeron y el escuadrón junto con Pêmie se apresuró a salir a la calle, sin embargo y como era de esperar después de los disparos, habían atraído a más de aquellos seres. Cesc miro a lo largo de la calle y condujo a su equipo hacia donde había menos zombis, corrieron entre autos abandonados, tratando de alejarse del lugar, pero sobre todo de esas criaturas. No obstante las calles, que hasta hace unos minutos estaba desierta ahora se encontraban infestadas por ellos. Continuaron corriendo entre los autos, eludiendo a aquellas criaturas, sin embargo en ocasiones se veían obligados a disparar. Dieron vuelta en una calle, pasaron frente a una salida de emergencia del subterráneo y cruzaron a la otra acera entrando a un estacionamiento, escondiéndose tras un auto.
-Debemos apresurarnos – Dijo Cesc – Tenemos que llegar a las escaleras de emergencia de ese edificio. – Señaló un edificio de ladrillos rojos veinte metros más adelante de la salida del subterráneo.
Apenas y tomaron un respiro emprendieron una carrera hacia las escaleras del edificio, no obstante la inmensa cantidad de zombis les obligo a separarse. Cesc comenzó a gritar instrucciones de no detenerse y seguir avanzando. Los militares acataron la orden continuando como pudieran disparando, e incluso peleando con sus cuchillos como lo hacía Rubén. Paso una eternidad para ellos hasta que consiguieron abrirse paso hasta las escaleras y tan pronto llegaron comenzaron a subir por las escaleras del edificio. Sin embargo una vez que ya todos estaban en la azotea de aquel edificio se percataron que faltaba alguien.
-¿Dónde está Cid? – Inquirió Thiago consternado.
Los militares voltearon hacia la calle preocupados y vieron a Pêmie corriendo en dirección contraria a las escaleras pues los zombis le habían cerrado el paso. Thiago maldigo y se apresuró a tomar su rifle. Tan pronto como coloco en su mira a uno acciono su arma volándole la cabeza a un caminante a la vez que le permitía a cid el espacio suficiente para trepar en a lo alto de la salida de emergencia del subterráneo.
-¿Por qué rayos siguen aquí? ¡Váyanse! Llamare su atención para que no traten de subir a la azotea- Escucharon los militares gritar a Cid.
-¡No!-Exclamo Thiago- No vamos abandonarte. – Grito el francotirador y poco después volvió a disparar dándole a un zombie que trataba de subir a donde estaba cid.
-¡Insensato! Guarda silencio los atraerás hacia ustedes- Le reprimió Pêmie. - ¡Además mi vida es menos importante que la de ustedes, ustedes pueden salvar muchas vidas, yo no!
-En eso tiene razón- murmuro Isis pero Thiago la escucho y la fulmino con la mirada.
-¡Bola de imbéciles!- Bramo Cid - ¡Remedos de carne putrefacta mal descompuesta! ¡Por aquí! ¡Vengan con el tío Cid!
Desde su posición, los soldados vieron como los zombies que había junto a la escalera dejaban de prestarles atención a ellos y se dirigían hacia Cid, que mientras gritaba, agitaba en su mano una pequeña esfera negra la cual Thiago reconoció.
-¿Pero cuándo? – Inquirió al comprobar que le faltaba una granada.
Cid quitó el seguro a la granada y la arrogo hacia donde mayor cantidad de zombies había. Unos cuantos segundos después la granada explotó eliminando algunos zombies y dándole la oportunidad de bajar y de una u otra forma abrir la puerta para entrar al subterráneo, sin embargo algunos zombis se abalanzaron sobre él al momento de cerrar la puerta. Thiago grito preocupado, se apresuró a acercarse a la escalera pero Rubén le detuvo.
-Olvidado, solo podemos rezar por que este bien.- Le dijo.
Thiago bajo la cabeza, resignado tenía que aceptar que poco podía hacer para ayudarle.
-Continuemos- Indico Cesc lleno al borde opuesto de la azotea y saltando al siguiente edificio. El resto del equipo lo imito y continuaron hacia una nueva azotea, sin embargo fue mientras saltaban a esa nueva azotea que un grito de una mujer pidiendo auxilio llego hasta ellos.
— ¡Alguien ayúdenos!
El equipo se detuvo en seco por un instante que duro poco menos un segundo antes de comenzar a saltar de azotea en azotea en la dirección del cual venía el grito. No tardaron en dar con aquella azotea de donde había provenido aquella llamada de auxilio, encontrándose con una anciana, una mujer y un niño acorralados por aquellos seres. Sin siquiera pensarlo se prepararon para intervenir.
Espero que hayan disfrutado la doble entrega, ahora si temporalmente ya estamos ubicados manto y yo en el mismo lugar y se puede continuar sin problemas | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Vie Abr 14, 2017 2:58 am | |
| Cid!!! Yo recuerdo tu futuro inmediato! Oh! Cid xD
Esos momentos tranquilos, donde los personajes no sufren y pueden disfrutar cositas simples como el viento en la cara, una charla amena, unos pocos rayos de sol... adoro esos momentos de ambientación y relax tanto como los de acción y suspenso; le dan el toque de sabor perfecto al mundo de St. Christine. De alguna manera nos recuerdan que a pesar de todo el caos y el aparente apocalipsis, en realidad el mundo ahí sigue estando y las cosas se siguen moviendo.
A todo esto, tenía en mente que lo que lo había perseguido y causado las heridas no era un gato común y corriente... si me entienden, jaja Quizá he ahí un pequeño cambio y Cid no esté explicando las cosas completamente.
Y esa mención de no querer encontrarse un "elefante zombie" Uuuuuhhhhh jojojo! Qué bueno se ponía todo esto, ya quiero llegar a esas partes! Jaja
Si la memoria no me falla, la figura en la estación de servicio era Logan, del hilo de Templar, ¿verdad? Lo echaremos de menos.
Así que sigo con la siguiente parte, todo emocionado como un niño en una dulcería.
Y he ahí el futuro inmediato de Cid. Es curioso cómo un personaje que apenas y salió en dos entregas, dejó un impacto tan grande. Es tan enigmático, nunca sabemos qué piensa, quién es, por qué estaba ahí... es tremendamente sospechoso y ninguno de nosotros pierde la esperanza de que lo volveremos a ver algún día.
Los Black Wolfs son el segundo grupo en caer en la trampa mortal que era ese edificio, jaja
Para la que viene... ¡Continúa la acción con Cesc y su unidad en otro hilo! | |
| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Vie Abr 14, 2017 1:52 pm | |
| Leeeeeeeeeeeeeeeeeeido los dos capítulos sigo desconfiando de Cid, me dió la misma impresión que la primera vez que leí este capítulo... Algo malo se trae. QUIERO YA LEER EL HILO COMPARTIDO.
PD1: Yo tengo la misma impresión que Manto, me suena que era un gato un poco más grande el que atacaba a Cid.
| |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Sáb Abr 15, 2017 3:07 pm | |
| Lo prometido es deuda (?) Así que ya que Yus nos dio doble evento, yo pongo a su dispocisión el primer cruce de hilos! - Ronda 4 - Manto:
Los tres corrieron hacia una de las esquinas de la azotea, completamente acorralados por más y más zombis que continuaban subiendo y que se acercaban lentamente decididos a devorarlos. Lo creían todo perdido, pero fue en ese mismo instante que un estruendo tronó gritando esperanza: la cabeza del más cercano de los cuerpos ambulantes estalló y su cuerpo se desplomó siguiéndolo. Los otros cadáveres vivientes se tornaron en la dirección de la que había venido el disparo y pronto se encontraron con el grupo ofensivo que se dirigía en plena carrera hacia ellos, aprovechando que todos los edificios de la manzana habían sido construídos siguiendo un mismo diseño y saltando así de azotea en azotea. Detrás de los cuatro individuos que se aproximaban se hallaba un quinto hombre que apuntaba con un rifle francotirador a la cabeza de un segundo zombi, haciéndola volar del mismo modo que la primera.
—¡Rubén, asegura a los civiles!— Ordenó uno de los hombres a su compañero, que acató sin decir palabra y se dirigió hacia Agatha y el resto. Los demás, entre los cuales había una ágil mujer, se dispusieron a acabar con el resto de los zombis que plagaban la azotea. No obstante su número no parecía disminuir.
—¡Cesc...! —llamó algo preocupado un hombre de cabello negro que se había acercado al borde del edificio— Será mejor que veas esto.
El líder del grupo disparó un tiro certero a la cabeza de otro cuerpo y corrió hacia el lugar donde su compañero aguardaba. En la calle de abajo cientos de caminantes se arremolinaban en una interminable masa de carne putrefacta.
—Es peor de lo que esperaba —bramó el castaño, entonces fue llamado por la muchacha que continuaba deteniendo a los zombis que no paraban de trepar hasta la azotea —¡No paran de venir! ¡Siguen subiendo!
El líder del grupo siguió el contorno del edificio hasta dar con la siguiente esquina, aquella sobre el callejón en el que el grupo de civiles se hubiera refugiado con anterioridad. Miró con detenimiento y clavó sus ojos en las metálicas escaleras por las que trepaban más y más de esas cosas —Están usando las escaleras... —no le gustaba la idea y venía temiéndola hacía ya unas horas, reforzada incluso cuando él y su unidad fueran emboscados en el recinto de un edificio: esos seres podrían no ser tan estúpidos como creían.
—¡Osiris, necesito una granada! —Gritó al notar que no traía ninguna consigo y elevando su voz para ser oído sobre los estruendos de los disparos.
El morocho se detuvo un momento, preocupado por la cantidad de cuerpos en la calle, pero entonces dejó de lado sus dudas y confió en su capitán como tantas otras veces lo había hecho.
—¡Isis, Thiago! —Se dirigió a la mujer y al francotirador que acababa de llegar para reunirse con su unidad— ¡Mantengan la escalera despejada!
La chica de cabellos negros como la noche dejó escapar una risa —¿Qué crees que estoy haciendo desde que llegamos aquí? —Y efectuó otro perfecto disparo en un zombi que se asomaba por el borde de la baranda.
Francesc tomó la granada y se acercó hacia el punto del que seguían viniendo sus enemigos. Se detuvo un instante y observó cómo los cuerpos continuaban trepando uno tras otro las escaleras de emergencias del edificio, como si fueran una fila de hormigas. La imagen le disgustó, entonces quitó el seguro y midió el tiempo de manera perfecta, arrojándola exactamente para que estallara a unos pies por debajo de ellos y destrozara la escalera, dejando el paso hasta arriba inutilizado y asegurando que los zombis no pudieran alcanzarlos.
—¿Escucharon eso? —Se sorprendió Mark —Sonó como una explosión.
La chica de negro lo corrió a un lado y se apoyó sobre la puerta —Sé a qué sonó —dijo de manera ruda— ¿Creen que sean los militares? Tal vez al fin hayan llegado a limpiar esta maldita ciudad.
Los tres querían secretamente que así fuera, pero algo en sus interiores les aseguraba que no era cierto.
—De todos modos —se aventuró Jasón— quizá el ruido atraiga a esas cosas y podamos salir ahora—. Era una certeza que estaban encajonados en esa habitación; no había ninguna otra puerta además de aquella por la que ingresaran cada uno en su momento.
—¿Estás loco? Si quieren morir, sean mis invitados. Yo no me moveré de mi lugar —pronunció la muchacha rebelde clavando su mirada en los ojos del pelinegro que la miró con hastío.
—Ya me estás cansando con esto de “tu lugar”. No estarás segura aquí, tarde o temprano esas cosas llegarán y no habrá nada que puedas hacer. Si quieres sobrevivir lo único que puedes hacer es escapar de esta ciudad, así que vienes con nosotros o te mueres aquí. Elige. —No sabía por qué invitaba a aquella molesta persona a seguirlos, en ocaciones convencionales hubiera pasado de ella sin siquiera dedicarle una mirada. Pero el caos en Saint Christine no era ninguna situación convencional y sabía que nadie estaría a salvo por su cuenta.
La joven titubeó un momento hasta que al fin cedió —Tomen esas mochilas de allí —apuntó con el índice a un rincón del cuarto— tienen comida enlatada y otras cosas que estaba guardando...
Los muchachos se colocaron las mochilas a sus espaldas y se prepararon para abrir la puerta. Tal y como lo esperaban los zombis habían abandonado el local para ir a atender al origen de la explosión. Todos menos uno.
—Deténganse —ordenó Jasón a los dos jóvenes que iban detrás de él.
La chica de cabellos negros miró a la razón por la que se paraban y quiso abalanzarse —Le volaré la cabeza y listo— pero el mayor que iba adelante la detuvo —¿Quieres volver a llamar la atención de todos los que están afuera?
Los dos pelinegros seguían discutiendo cuando Mark los llamó —Sus manos...
Ninguno de los dos entendió lo que decía hasta que atendieron al zombi que se arrastraba en cuatro patas por el piso del local: sus manos. Eran exactamente lo que le faltaba, en su lugar se extendían dos afiladas puntas blancas, como si los huesos de sus antebrazos hubieran crecido destrozándole las extremidades. Tanteaba con las puntas un lugar y otro, justo en medio de las góndolas por las que había llegado Mark.
—¿Qué está haciendo?¿Por qué no se fue afuera como el resto? —Se preguntó la jóven que portaba el arma, entonces el cadaver que se arrastraba movió su cabeza dejandose ver el rostro con mayor detalle: no tenía nariz, en su lugar portaba dos huecos rellenos por unas membranas blancas que vibraban violentamente.
—Es diferente a los demás... ¿Acaso ha mutado? —Se alarmó el menor de los tres, y más fue su sorpresa cuando el ser pegó su rostro al piso, moviéndose frenéticamente y emitiendo un chillido perturbador.
—Pareciera que está olfateando algo...
El tumulto de zombis se reunía debajo del edificio en el que se encontraban, rodeándolo por completo.
—¿Han venido a salvarnos? —Preguntó ilusionada la chica de cabellos castaño claros al capitán de la unidad, éste no supo qué contestar, pues su misión no era exactamente la de rescatar civiles— Rápido, mi hermano y mi novio están abajo, fueron a la tienda de en frente. ¡Tiene que salvarlos! —Suplicó Lisa con renovada esperanza.
Rubén miraba al pequeño niño que clamaba no sentirse muy bien y a su lado Agatha le hacía preguntas que no podía responder con seguridad.
Thiago miró a la calle, evaluando la situación y las posibilidades de los dos hombres que debían estar en el local —Son demasiados de esos malditos monstruos, no hay mucho que podamos hacer... —le pesó decir.
Lisa se sobresaltó —¡No pueden dejarlos morir ahí! Su deber es salvarnos, ¡Su deber... —Fue interrumpida por una serie de disparos que provinieron de la tienda.
—¡Hay movimiento! —Llamó Isis al resto de su equipo que pronto se arrimó a la misma baranda que daba al lado de la calle. Tres personas salieron del local.
—Fantástico, ahora saben que estamos aquí —se quejó Jasón cuando la masa de zombis que rodeaba el edificio frente a ellos comenzaba a voltear, apenas los separaban unos cuatro o cinco metros.
—¡A su izquierda! —Gritó Cesc desde la azotea del edificio de en frente— ¡El edificio de al lado debe tener una escalera de emergencia, suban por allí!
Los jóvenes en la calle miraron a la figura que les gritaba desde lo alto y sin más opciones le hicieron caso —¡Vamos, corran, corran!
El resto del grupo que se encontraba arriba se dispuso a gritar para captar la atención de tantos zombis como pudieran, Thiago cargó su rifle una vez más y buscó asegurar la espalda de los tres individuos que escapaban.
A pesar de los esfuerzos del grupo, una gran cantidad de cuerpos caminantes fue tras Jasón y los demás —¡No puedo darle a tantos! —Bramó con furia el hombre de los ojos azules —Y a esta distancia es prácticamente inútil usar otras armas.
No podían hacer nada más que observar cómo una buena porción del grupo de zombis perseguía a los jóvenes. Éstos doblaron en un callejón similar al del edificio al que pretendían llegar y segundos después los cadáveres los siguieron.
—Los atraparon... —habló Isis desalentada, y acto seguido más disparos se oyeron desde el callejón que estaba fuera de su alcance.
—Vamos al otro edificio— propuso Rubén al acercarse a Francesc, había dejado al niño a cargo de Agatha.
—Puede que sea demasiado tarde...
Un estridente grito extrajo a todos del punto de atención, Lisa señalaba la puerta de acceso a la terraza, que una masa de zombis acababa de romper con violentos golpes. Tras los disparos y la explosión, los cuerpos andantes habían buscado otra forma de llegar hasta la azotea. Y lo habían conseguido subiendo por dentro del edificio. Parecían determinados a devorar a los pocos sobrevivientes que quedaban. Cesc atinó a pensar que bien podría tratarse de los zombis que se encontraran previos dentro de la construcción.
—¡Detenganlos! —Elevó su voz Cesc, apuntando con su arma a las criaturas que se aproximaban. El grupo desató una ráfaga de tiros para contenerlos. Entre los cuerpos que caían, la figura de un niño se adelantó. Su carne no estaba podrida, ni siquiera presentaba grandes rasgos que lo diferenciaran de un humano común, salvo por los ojos pálidos inyectos en sangre. Los disparos cesaron. Cesc mantenía su arma apuntándole, pero en su mente se vio a punto de matar a un niño; situación en la que nunca se había imaginado. La unidad completa debía de estar pasando por un proceso mental similar.
El pequeño dio un paso lento y luego se abalanzó sobre el grupo que se sobresaltó. No obstante, antes de que nadie pudiera hacer nada, un hoyo se abrió en su frente y su cuerpo cayó tiezo en un único y seco golpe.
—¡Mark! ¡Jasón! —Llamó Lisa conmocionada. Francesc se volteó y se encontró con otro grupo en la terraza de al lado: El hermano de la chica, Mark, y el novio de la misma, Jasón, venían caminando por la azotea vecina. Una chica vestida de negro los acompañaba. Hacia la derecha venía un hombre ataviado con una simple camisa y por último, encabezando al grupo, un hombre vestido tal y como él lo estaba: llevaba un uniforme gris junto con un chaleco y botas negras, y sostenía un revovler magnum en su mano izquierda.
El militar dio un salto de una azotea a la otra y siguió caminando hasta pasar por un lado de Cesc, que lo miró sin decir palabra. Del otro lado, Osiris inquirió —¿Quién eres? ¿A qué unidad perteneces? —El sujeto hizo caso omiso a las palabras del hombre de aquella unidad y alzó la voz —¡Busquen rápido algo con qué tapar la puerta! —Por el momento era lo más sensato. Los zombis habían dejado de salir por aquella entrada, pero pronto podrían llegar más.
Jasón y los demás llegaron a la azotea en la que todos se encontraban, no sin dificultades al tener que saltar el ancho del callejón que separaba ambos edificios. Lisa corrió al encuentro de los dos muchachos, saltando en los brazos de Jasón y soltando sus lágrimas sin escatimar ni una sola gota.
Mientras los civiles se reencontraban, los militares habían hallado a un costado de la terraza, tras la entrada, un pequeño depósito con maderas y fierros.
—Está anocheciendo... —señaló el hombre rubio que había rescatado a los muchachos salidos de la tienda— será mejor pasar la noche aquí, en la oscuridad los monstruos son más activos. Sin mencionar que al volar la escalera hicieron de esta terraza uno de los lugares más seguros en la ciudad.
Luego de asegurarse que la puerta al interior del edificio estuviera completamente bloqueada y deshacerse de los cuerpos inertes que decoraban el lugar, arrojándolos a la calle por sugerencia del hombre rubio que respondía al nombre de Miguel Belmondo, se dispusieron a descansar.
Miguel observaba muy atentamente a Agatha y al niño que cuidaba. Tenía los ojos clavados en ellos. Ruben, que administraba algunas medicinas al pequeño, se percató de ello.
El rubio se aproximó al resto de los militares que estaban reunidos discutiendo las siguientes acciones que tomarían —Tal vez haya que dejar atrás al niño —los demás se pararon en seco, mirándolo en inmaculado silencio—. Puede que esté infectado. Su condición empeorará hasta tornarse en una de esas cosas y entonces acabará con algún civil, o con su amigo el médico —el susodicho escuchó las palabras, pues estaba de camino a ellos.
—¿¡Qué estás diciendo!? ¿Quieres abandonar a un niño indefenso?
—Baja la voz —dijo su capitán—, no queremos alterar a los civiles. —Rubén asintió con los labios bien apretados.
—¿Cómo puede esa idea cruzarte siquiera la cabeza? Ya he tratado al chico, estará bien.
—No estará nada —antagonizó Miguel—. Una vez afectado, no hay vuelta atrás. Cualquier herida puede contagiar lo que sea que es esta cosa...
La imagen de la chica en la universidad azotó las mentes de los miembros de la unidad de Cesc, entonces Rubén se apresuró —Como dije, lo he tratado y no tiene ninguna herida.
El rubio lo miró con ojos adustos —No hace falta estar herido. Con haber estado en contacto con sustancias segregadas por las criaturas podría ser suficiente. —El panorama amedrentó a los demás.
—¿Cómo sabes eso? —Inquirió el francotirador.
—Lo he visto. Hasta hace poco había dos civiles más conmigo. Uno de ellos, que nunca estuvo siquiera en contacto con uno de los monstruos, de pronto se tornó en una de esas cosas y se cargó al segundo.
—No puedes estar seguro de que fuera lo que dices... —intentó exponer Rubén.
—¿Entonces vas a arriesgarte? —Respondió Miguel, a lo que nadie objetó palabra.
La noche se cerró sobre ellos y el cielo se tornó de un negro profundo como un abismo.
Francesc montaba guardia cuando Miguel se le acercó.
—Entonces... ¿Puedes decirme exactamente lo que está pasando aquí? Señor capitán— acentuó las últimas palabras de un modo que molestó a Cesc, quien se limitó a esbozar una sonrisa de medio lado.
—No en realidad, no creo saber más que tú —hizo una pausa mientras observaba a la masa de zombis en la calle que iba disminuyendo con el paso de los minutos, marchándose a otras zonas— ¿Qué es lo que haces solo? ¿Dónde está el resto de tu unidad?
El hombre de facciones más marcadas lo miró serio, mostraba una mayor experiencia, tal y como Rubén enseñaba. —Te vi a ti y a tus muchachos moverse cuando llegaron a esta zona y he intentado llegar hasta ustedes desde entonces— Cesc asintió al escuchar su explicación, pero guardó silencio porque intuía que había algo de mayor importancia que aquel hombre quería decirle—. No habrá ninguna ayuda. Lo sabías, ¿verdad? Los militares que han cercado la ciudad no harán nada por salvar a la gente atrapada aquí dentro —el tono de su voz enseñaba enfado— por lo menos no oficialmente.
El castaño no respondió, continuó en silencio, pensativo.
Entonces Belmodo prosiguió —Mi unidad fue enviada a este agujero del infierno para buscar y rescatar a un único individuo, un científico —hizo una pausa—. Encontramos civiles en el camino, y fue el mismo capitán de mi unidad quien los mató. ¡Los mató! ¡A simples civiles que no habían sufrido ninguna herida! —Gritó Miguel en un susurro.
Cesc depositó su mirada en los furiosos y determinados ojos del hombre a su lado. No necesitó más explicaciones para entender: se había separado de su unidad, en contra de sus órdenes seguramente, y buscaba salvar a tantos civiles como pudiera.
—Nuestra misión es restaurar la energía en la ciudad. Si lo conseguimos la supervivencia se hará más fácil, incluso si lo que ese chico mencionó es cierto y las criaturas están empezando a cambiar.
Miguel lo miró con confianza —Mañana deben continuar con su camino. Yo sacaré a estas personas de aquí— dicho eso último Cesc dio unas palmadas en su hombro y se dirigió a descansar un rato. Tenía mucho en lo que pensar y que planear para el día siguiente.
Ya sé, ya sé, el impacto de la entrada de Miguel no es el mismo, pero tengo otra idea en mente. Así que espero que igual lo hayan disfrutado. | |
| | | Izanagi
Mensajes : 11 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Miér Abr 19, 2017 8:07 pm | |
| No me olvidé, no me olvidé! Sólo quería dejar que pasaran unos días antes de actualizar mi parte, pero ANTES!!! SIIIII, VOLVIÓ BELMONDO. De el me refería que se estaba tardando en aparecer!!! Bueno si, ahora si. Mando mi parte, acá es cuando empiezan los quilombos temporales aunque es bastante leve en esta ronda (?) - Día 4 :
Día 2, 19:15
- No tenemos armas- murmuró ella mientras espiaba por la rendija de la puerta- No tenemos armas y tu quieres que salgamos de aquí por la puerta de adelante como si nada pasara- agregó consternada pero aun con susurros, estaba enojada sin embargo no se arriesgaría a ser atrapada sólo por el disfrute de gritarle en la cara.
Iluminados por la flama de una pequeña vela, cinco personas debatían la forma de accionar ante lo que les ocurría. El grupo estaba compuesto por tres hombres y dos mujeres. La que había hablado se llamaba Gladis, era la más joven del grupo ya que tenía diecinueve años de edad, su pelo era color rojo y sus ojos eran verdes. Ella era una joven atractiva, como la mayoría de las chicas en esa edad, sin embargo su belleza y sensualidad era algo que llamaba la atención a simple vista.
Con quien discutía era Richard, un hombre de aproximadamente cuarenta años de edad, era alto y musculoso, una mole. Llevaba barba candado y un pelo extremadamente corto, cortado con una máquina de afeitar. - Sino te das cuentas las armas no vendrán solas- le contestó- y la situación aquí dentro es insostenible, yo digo que aprovechemos este momento antes de que la cosa se ponga peor y nos larguemos de aquí- a pesar de que se encontraban discutiendo el tema Richard no estaba en plan de escuchar sugerencias, menos de aceptar otras ideas.
- ¿Peor?, Esto no puede llenarse más de mierda- le replicó la joven- Desde que ese helicóptero de mierda cayó todos los malditos monstruos de esta maldita ciudad vinieron aquí- a pesar de hablar en susurros se podía notar los nervios de la joven pelirroja.
- Oye chiquita, estuve soportando tu mal humor porque estabas buena pero ya te estas pasando de la raya- le dijo Richard incorporándose de manera prepotente- Si yo digo que nos vamos ahora, tu cierras la boca y lo haces o te quedas aquí y te mueres, no me importa demasiado- le contestó.
La joven quiso lazarse contra Richard, sin embargo una mano la tomó del hombro impidiéndole avanzar. Él único que en físico podía llegar a generar la misma impresión que Richard- No me digas que estas de su lado, Abdou - se quejó la chica al ver quien era la persona que la había detenido.
- Aquí no hay lado, hay vivo o hay muertos- contestó el hombre, este tenía treinta y cinco años de edad, medía un metro ochenta y ocho aproximadamente, era absolutamente calvo y su piel era morena. Tenía una barba que ocupaba todo su rostro- Pelearnos no solucionará nada- le recordó a la joven antes de dirigir su mirada a Richard- ¿no crees que podamos solucionar esto de una manera más pacífica?- preguntó.
- Sabes qué Abdou, ya estoy cansado de toda esta discusión, yo saldré ahora y me iré a otro lado, y estos dos vendrán conmigo- se refirió a los dos miembros del grupo que no habían hablado- Tienes dos opciones o tu y la princesita menstruación constante vienen con nosotros o se quedan aquí, pero te advierto que cuando salgamos haremos tal masacre que todos los zombis de la ciudad se enteraran que aquí hay vivos- le replicó con enojo. Gladis insultó por debajo una palabras contra Richard, sin embargo este no se vio afectado para nada sobre esto.
- ¿Me estás diciendo que o vamos contigo o tengo que matarte para que nos mandes a la a esos zombis aquí?- preguntó Abdou, todos se sorprendieron ante la pregunta del hombre, todos menos Richard.
- Eso digo- contestó, por un segundo todo permaneció en silencio, sin embargo esto fue cortado por Adbou.
- Ok, entonces tu mandas- le concedió con tranquilidad- Guíanos- concluyó la conversación.
Día 3, 15:32
Lentamente sus ojos empezaron a abrirse indicando que era el fin de su sueño, sin problemas reconoció el techo de la casa de Reynald, lugar donde habían llegado a la madrugada del día anterior. Antes de incorporarse lanzó un bostezo que no hizo más que aumentar sus ganas de seguir durmiendo sin embargo la luz, la cual entraba en los pequeños agujeros que habían quedado de las ventanas ya tapeadas, le indicaban que ya era de día, además el dolor de su espalda, propio de haber dormido un tiempo largo en el sillón que había utilizado como cama, le indicaba que ya había descansado más de la cuenta.
Entonces la joven se incorporó y mientras se estiraba pasó de la sala de estar al comedor. Allí, sentados en la mesa el matrimonio Lemacks charlaba en bajo tono sobre algo que la joven desconocía. Reynald al mismo tiempo enumeraba unas pocas balas que había apoyado sobre la cocina. Todo el armamento que les quedaba, exceptuando el viejo rifle de Elton que Carena llevaba consigo, estaba administrado por Reynald y este era bastante escaso.
Unos pasos de la joven dentro de la habitación fueron suficientes para llamar la atención de todos, con delicadeza Selena se acercó y guiándola desde los hombros la obligó a tomar asiento, al mismo tiempo que le acercaba algo para comer.
- ¿Por qué no me despertaron?- preguntó sintiéndose culpable de haberse zafado del trabajo y además recibir trato especial- No es justo que ustedes trabajaran y yo siguiera durmiendo.
- Te veías muy cansada después de lo de ayer, tú y Reynald fueron los que salieron a alejar a los muertos de la casa, te habías ganado un descanso- le contestó la mujer con dulzura.
Y así había sido ya que a pesar de que habían logrado escapar de milagro de la iglesia y entrar a la casa de Reynald algunos zombis los habían seguido por eso en la tarde de ese mismo día tanto la joven como el retirado militar alejaron a los muertos de las afueras de las casas sin utilizar la violencia, ya que si disparaban llamarían la atención de otros y además no tenían munición como para despreciar.
- Hablemos de lo importante- cortó Reynald la conversación entre las dos mujeres- a pesar de que aquí al parecer estamos temporalmente a salvo necesitamos defender el lugar si terminamos siendo descubiertos y la verdad después de el ataque de esas cosas a la iglesia casi nos quedamos sin munición- explicó levemente, Samuel miraba fijamente a Reynald con un gesto de hostilidad, no era un secreto para ninguno que ninguno de los dos se llevaba bien entre si y ahora sin Elton, quien se había convertido en una especie de mediador en sus disputas, los enfrentamientos salían más a la luz. En casi un día de permanecer en la misma casa Reynald ya había amenazado dos veces a Samuel de echarlo de allí, mientras que Samuel parecía negar cualquier idea de Reynald sin pensarla siquiera.
Por raro que pareciera, el rol de Elton en ese inestable grupo era primordial, a pesar de su juventud y de que con Carena y Reynald apenas se conocían, con sus acciones había logrado ganar la confianza de todos siendo él quien ayudaba al grupo a elegir la mejor opción.
- Tenemos que conseguir armas, eso no te lo niego- admitió Samuel mientras revisaba con su vista el mapa de la zona- el problema es descubrir donde las conseguiremos- le dijo.
Reynald se acercó al hombre y con su dedo señaló un punto en el mapa, los ojos de Samuel se abrieron desmesuradamente al ver donde su “compañero” indicaba, tanto que se dio vuelta intentando ver si le estaba bromeando, sin embargo el gesto serio del retirado militar era lo más alejado al de una broma.
- ¿Estás loco?, eso está en pleno centro… a 50 metros de la estación de trenes- dijo enfadado- Si hay algún lugar que no iría es ese lugar, esta mierda empezó a hora pico imagina la cantidad de esas cosas que habrá allí- replicó.
- Conozco ese lugar mejor que nadie, si entramos allí no tendremos que preocuparnos por las armas en mucho tiempo- refutó Reynald- Y no hablo de pistolas, hablo de armamento de alta potencia.
- Olvidas que casi no tenemos munición, no podemos ir allí pidiendo permiso- le recordó Samuel- Sin armas yo no voy- decidió con un tono que no daba lugar a replicas. Reynald asintió un poco enojado sin embargo entendía el punto, lentamente siguió revisando el mapa hasta que encontró un punto que llamó su atención.
- Iremos al armería del centro- dijo contradiciendo lo dicho por Samuel, cuando este estaba a punto de debatir (no con los mejores modales) Reynald lo detuvo con un gesto de su mano- Sin embargo antes conseguiremos la munición necesaria aquí- dijo indicando un terreno relativamente cercano a su “escondite”- Por sino lo sabían yo trabaja en una empresa de seguridad privada, en el local teníamos que dejar nuestras armas cuando no estábamos de servicio, con un poco de suerte conseguiremos lo que necesitamos allí- explicó.
- ¿Cómo llegaremos hasta allí?- preguntó esta vez Selena aprobando la idea de Reynald- ¿Iremos todos juntos?- volvió a inquirir sin dejar antes que Reynald contestara su primer interrogante.
- No, tenemos que movernos rápido ya que no podemos gastar balas, será entrar y salir nada de enfrentarnos a los “levantados”, será como si nunca hubiéramos estado allí- explicó Reynald antes de proseguir se detuvo esperando alguna queja por parte de Samuel, al no aparecer ninguna protesta se dispuso a seguir sin embargo fue detenido por otra persona.
- ¿“Levantados”?- preguntó Carena confundida refiriéndose a la palabra que Reynald había utilizado.
- No podemos seguir llamándolos esas cosas y tampoco sirve el término “muertos” ya que en mi opinión si se mueven no lo están- contestó Reynald, Carena asintió con su cabeza- pues bien siguiendo a lo verdaderamente importante Selena tu te quedarás aquí estarás lista para abrirnos en caso de que tengamos que volvernos rápido tu Samuel estarás detrás de nosotros con la escopeta y te encargaras de limpiar nuestra retirada por si algo fuera a pasar, la chica y yo iremos dentro del lugar y nos traeremos todo lo que encontremos- dijo con un tono que no admitía réplicas, sin embargo por pura “cortesía” preguntó si alguien tenía una idea diferente para efectuar, claro que al decir esas palabras sólo esperaba una respuesta de Samuel, ya que Selena parecía estar de acuerdo en lo que decidiera su marido.
- Yo- dijo sorpresivamente Carena, nuevamente había sido la que había interrumpido a Reynald y no Samuel como esperaba- Creo que el señor Lemacks también debería quedarse aquí, aunque preparado para abrirnos en la puerta trasera y la señora Lemacks en la delantera, de esa manera tendríamos dos rutas diferentes para ingresar si llega a darse el caso de que tengamos que separarnos.
- No tendríamos a nadie que nos cubra la espalda si él camino se llena de levantados mientras tomamos las armas- le recordó Reynald todavía sorprendido de que sea la joven quien estuviera debatiendo el proceder de la tarea.
- Tu lo harías, sin animo de ofender al señor Lemacks Reynald tiene una mejor puntería y él sabrá mejor que nadie cuando disparar y cuando no- dijo la chica con la sonrisa más conciliadora posible dirigida para el marido de Selena- Yo soy la más rápida si entro sola podremos tomar todo a la mitad de tiempo, hasta podría hacer más de un viaje.
- No te niego eso- dijo Samuel un poco incómodo- Pero Carena, ¿tú quieres entrar sola a ese lugar?, no sabemos si no hay ninguno de esos- se detuvo un segundo intentando recordar como lo habían llamado- levantados por allí dentro.
La cara de la joven se enserió por unos segundos y con su mano escondió la cruz que colgaba de su cuello bajo remera que tenía puesta- Si tengo que matarlos tendré que hacerlo- aclaró incomoda, aunque decidida.
Día 3, 17:13
La joven miró una vez más antes de doblar la calle, ahora que estaban fuera de la casa ninguna precaución era innecesaria más bien todo lo contrario, cualquier acción que hacían o dejaban de hacer allí fuera podía significar su muerte y la de Reynald.
- Despejado- murmuró la chica al tener que doblar otra calle, a pesar de que su destino y la casa de Reynald estaban relativamente cerca el camino no era recto y eso los hacía demorarse, más teniendo en cuenta que en cada esquina el temor de que una horda de levantados apareciera era real.
- Esta zona parece estar mucho más tranquila que la de la iglesia, seguramente todas estas casas estarán abastecidas de comida, tal vez después de armarnos podamos empezar a conseguir alimentos- comentó Reynald en voz baja mientras su vista paseaba por las viviendas del barrio.
- Así que no crees que nos rescaten pronto- murmuró Carena, ella lo había descubierto en su escape de la iglesia, eso que había pasado no era normal y lo más probable que esa ciudad no fuera la única que hubiera ocurrido un desastre, estaban por su cuenta, solos.
- Mira niña, se que te puede llegar a doler que te diga esto pero no voy a mentirte, nadie vendrá a salvarnos, ya has visto a esas cosas son miles no se cuantos sobrevivientes habrá en la ciudad pero tampoco serán buenos vecinos, conozco a la gente con miedo, son de las que más hay que tener cuidado- explicó todavía mirando los alrededores, al terminar de hablar miró a la joven que se encontraba cabizbaja- Aunque tal vez me equivoque, piensa lo que quieras- propuso.
Es que en realidad Reynald sentía lástima por la chica, con sólo haber compartido unos días con ella había notado que tipo de persona era. Estaba seguro que era parte de una pequeña familia, clase media, del tipo cariñosa y unida, podía notarlo con solo verla actuar o por como hablaba, seguramente esta había sido la primera vez que la vida de la joven había corrido peligro. Cada vez que la veía pegarse a dios le daba ganas de reír y de llorar, reír porque le causaba gracia que uno después de semejante función horrorosa, como la que habían pasado los últimos días, podía seguir creyendo en una solución del más allá. Llorar porque sabía que tarde o temprano la chica se rendiría de pedir y no recibir respuesta y que allí se quebraría para siempre.
- Yo tampoco lo creo- admitió la chica antes de girar en la última esquina de su recorrido- Cuando escuché los gritos de Elton, antes de que muriera, me di cuenta que hagamos lo que hagamos estamos acabados- comentó mientras caminaba en línea recta, ya pronta de llegar a su objetivo, luego se detuvo a la altura de un callejón- Sin embargo tenemos que seguir, ¿verdad?, dios no pone nada en nuestro camino que no podamos manejar- murmuró poco convencida.
- Bien- contestó Reynald mientras entraba al callejón y revisaba por si había algún zombi, un cuerpo muerto estaba tirado en el piso, con la espalda apoyada en la pared al escuchar las voces de ambos se empezó a levantar- Yo me encargo- se anticipó el hombre tomando el machete que colgaba de su cintura, con un golpe seco en su cabeza el muerto cayó y no se volvió a levantar- ¿Estás segura que no quieres quedarte tu a vigilar y que yo entre?- preguntó Reynald.
- Si- contestó la chica acompañando su respuesta con un asentimiento de su cabeza, la chica se veía asustada y no hacía demasiado por ocultarlo sin embargo estaba decidida a hacerlo- No tardaré- prometió mientras se daba vuelta.
- Espera- la detuvo Reynald, Carena se giró mirando al retirado militar- Toma esto, si te encuentras con uno de ellos ahí dentro no podrás disparar con ese rifle, es muy estrecho- le indicó mientras le tendía el machete a la joven- y recuerda, sólo en su cabeza.
Día 3, 17:21
El silencio reinaba en la habitación, a pesar que desde hacía cuatro días que no habían tenido tiempo a solas no sabían que hacer con él, la situación no sólo les quitaba la vida, sino que además que hacer con ella. Sus mentes no podían viajar a otro lado que no fuera lo que les estaba pasando en ese mismo momento y si lograban distraerse con otro pensamiento era imposible que no lo relacionaran con lo que allí estaba pasando.
- Hace una semana no podría creer que diría esto pero creo que agradezco que no podamos tener hijos- murmuró Selena mientras vigilaba la entrada frontal de la casa- hubiera sido demasiado complicado estar embarazada en una situación así.
- No pienses en eso ahora- contestó Samuel fingiendo indiferencia, él se encontraba en el otro lado de la habitación observando la puerta trasera, donde sí todo salía como lo planeado llegarian Reynald y Carena.
- ¿Sabes?, Cuando me enteré no me hubiera importado morirme en ese mismo momento, cuan… cuando supe que no podría darte un hijo me sentí la peor persona del mundo, y te juro que quería morir- siguió Selena con lágrimas en los ojos, la cara de sorpresa de Samuel era el perfecto cuadro para demostrar las sensaciones del hombre- pero cuando Elton murió… me di cuenta que en realidad quería vivir, quería vivir a pesar de que no tendría lo que más queríamos en este mundo- explicó aun triste- ¿Es algo malo?, ¿Querer vivir a pesar de la infelicidad?
- Así es la vida, ¿o no?- preguntó Samuel acercándose a su mujer- Vivimos sólo para buscar esos pequeños pero hermosos buenos momentos, y así será siempre aunque los muertos se levanten- se contestó a si mismo antes de abrazar a su mujer- Ya veremos como solucionaremos todo.
Día 3, 17:23
A unos pocos metros de distancia suya estaba Reynald, preparado para liberar el camino en lo que seguramente sería una rápida huida, sin embargo ella ya no podía verlo. La joven ya estaba fuera del local de seguridad, más precisamente en el callejón que comunicaba con la puerta trasera. El pequeño local, de solamente un piso, era el segundo edificio de la calle y estaba relativamente cerca de la esquina en donde Reynald hacía vigilancia, sin embargo si se encontraba a un levantado allí no podría depender del militar ya que a pesar de las cortas distancias el tiempo que tardaría en alcanzarla sería demasiado largo para evitar ser mordida, tenía que arreglárselas sola.
Un pequeño CLICK le dio la noticia que la llave ya había echo su trabajo y que la puerta estaba abierta, antes de tomar el picaporte, guardó las llaves en su bolsillo y tomó el machete con su mano derecha mientras que con la izquierda lo giró. A pesar de que la puerta tardó en abrir unos pocos segundos para la joven duró como minutos esperando que dentro se encontrar con una sala llena de zombis. Para su suerte la habitación se encontraba aparentemente vacía.
Con lentitud la joven dio sus primeros pasos en el lugar, su mano derecha se topó rápidamente con el interruptor de las luces, bastaron unos segundos para que la sala se iluminara completamente mejorando levemente la situación.
Tardó un par de minutos en comprobar todos los recovecos de la sala en la que había entrado sin embargo al hacerlo se sintió mucho más segura de que no aparecería ningún muerto en su búsqueda. Su mirada se paseó hacia una de las puertas, en la habitación había dos puertas. La delantera; la cual estaba comunicada con el frente del local y estaba destinada al trato con los clientes y la trasera; la cual según Reynald estaba las herramientas de trabajo de los empleados de allí. Es decir el lugar que ella estaba buscando.
Volvió a sacar la llave de su bolsillo, al sentir que esa puerta también estaba cerrada se sintió más segura que antes. No tardó demasiado en encontrar la llave indicada para abrir las puertas y poder ingresar a la habitación, esta era notoriamente más pequeña que la anterior. En la izquierda de la sala una extraña máquina estaba apoyada en una pequeña mesa, tenía una pequeña luz roja parpadeante sin embargo no parecía hacer demasiado. La joven no se interesó demasiado en verla ya que lo que buscaba eran los gabinetes que se encontraban del otro lado de la habitación.
Cada uno con un nombre asignado, estaban organizados en una columna donde había un nombre, seguramente del dueño del espacio, al mismo tiempo que la joven ponía delante suyo su mochila abrió el primer estante, una pistola y una bolsita llena de balas. Mismo resultado en cinco filas más, de los ochos espacios, cinco tenían pistolas con balas sin cargar, dos no tenían nada (uno era el de Reynald mientras que el otro decía Bob) y el último tenía una pistola cargada. La joven prefirió tomar esa en vez de guardarla en la mochila. Ya dispuesta a marcharse, un sonido la alertó. No pudo identificarlo, sin embargo se había dado cuenta que había sido en su espalda. Sin dudarlo desenfundó el arma que acaba de encontrar y, más guiada por el miedo y la adrenalina que por otra cosa, giró rápidamente y disparó.
El sonido retumbó por su mente, al mismo tiempo que su cuerpo sintió la fuerza de un disparo por primera vez. Los nervios la estaban matando reaccionando en un temblequeo interminable. Y aunque el ruido aun permanecía nada había detrás de ella. Unos momentos de silencio fueron acompañados para que se calmara y notara que el extraño sonido provenía de la máquina del otro lado de la habitación. Parecía como un sonido de interferencia, lo que llevó a la conclusión de que el aparato era una radio. Con pasos temblorosos Carena se acercó sin embargo una voz la detuvo.
- Mi nombre es Abdou y necesito ayuda urgente, ¿Alguien me escucha?- la pregunta quedó brotando en aire, al mismo tiempo que la joven miraba incrédula la radio sonar.
Si, ya se... una historia de zombis donde en todo el capítulo no aparece ni uno. No me linchen... | |
| | | Manto
Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 07/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Jue Abr 20, 2017 1:52 am | |
| ¿Qué importa que no aparecieran zombies, si apareció Abdou? Es curioso, pero recién me percato de que Miguel y Abdou salen en la misma ronda, jaja Hay que hacer un megacruce de hilos donde se junten Cesc, Abdou y Miguel, ¿se imaginan esa reunión? Y Reynald también, no lo dejemos de lado xD | |
| | | yuske Admin
Mensajes : 13 Fecha de inscripción : 06/12/2016
| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. Dom Abr 30, 2017 2:16 pm | |
| Ya me he terminado de leer los hilos. ¡No recordaba lo intenso que se vuelve el hilo de Iza! Se viene una de las mejores partes, si que si. De manto ¿que puedo decir? La inclusion de miguel me resulta un poco mas fria que la ultima vez. No se si sea impresión mia, pero en si me ha parecido mas insensible, no, mas molesto y concentrado. Ya estoy trabajand en mi entrega tardaré estimo unas dos semanas en tenerla bien hecha. Por lo que hay que les pido paciencia. Otra cosa, les recuerdo que hay algunos temas en el foro que son para hablar de las locaciones de la ciudad, describirlas, comentarlas... asi como para comentar los estatus de los hilos, Si tienen alg de tiempo seria bueno llenar un poco mas de eso para que todos podamos usar locaciones conjuntas. | |
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| Tema: Re: Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. | |
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| | | | Saint Crhistine:Zombi attack... El reinicio. | |
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